sábado, 28 de diciembre de 2013

Arturo Pérez-Reverte: El francotirador paciente

La última novela de Pérez-Reverte me ha resultado entretenida pero tampoco me ha aportado nada nuevo que no haya leído en otras suyas, e incluso me ha parecido inferior a El Club Dumas y a La Reina del Sur (que ya han aparecido o aparecerán reseñadas en este blog). 

     Creo que lo más le honra Reverte es seguir usando ese periodismo de investigación para poder contar historias ambientadas con bastante precisión en una amplia gama de mundos y ambientes, el de los grafiteros en este caso.      Realmente este aspecto del argumento aparece muy bien documentado y verosímil, con algún momento quizá excesivo como el episodio de Verona, pero en general cumpliendo bien con el didactismo propio de los bestsellers. En este sentido, lo más interesante quizá sean algunas reflexiones y reivindicaciones sobre el arte urbano espontáneo y el valor del graffiti como expresión de rebeldía antisistema. Pero también me imagino que los lectores más críticos sólo van a ver en ello la voz del Pérez-Reverte que desde los suplementos dominicales lanza mandobles a diestro y siniestro contra todo lo que no sea él mismo. Y que esto lo haga un escritor comercial instalado en las oficialidades de la RAE no deja de ser aún más cuestionable.

     El lenguaje de la novela es un poco menos barroco y  más directo que otros anteriores, con unas metáforas o artificios retóricos un poco más comedidos que quizá puedan explicarse también por la brevedad de la narración.

    Pero como artificio novelesco El fancotirador paciente no me acaba de convencer. En primer lugar, la decisión de usar como voz narrativa a una mujer no siempre acaba funcionando. Por supuesto, no es una tarea fácil para un escritor varón –y quizá menos para Pérez-Reverte– encontrar las modulaciones propias del lenguaje femenino,  pero también creo que es algo que se le debe pedir a alguien que se precia de ser miembro de la RAE. Como en otras ocasiones, son muchas las veces que en no sólo en las ideas, sino en el estilo, sintaxis, morfología, etc., queda claro que Lex Varela, la narradora-protagonista, no tiene voz propia, y es simplemente el parapeto desde el que escribe el mismo autor de Alatriste. Una comparación entre sus parlamentos, sus sensibilidades, su forma de ver el mundo y el de narradoras protagonistas de Historia de una maestra (Josefina Aldecoa) o La intimidad (Nuria Amat). La cosa se complica cuando Pérez Reverte hace lesbiana a Lex, pues me parece que sus miradas y comportamientos son mucho más masculinos de lo que el propio autor imagina.

     El desarrollo de la acción tampoco me ha convencido. Es demasiado lineal y episódica. Realmente, desde que Lex empieza su  investigación para llegar hasta Sniper, no se encuentra con dificultades especiales ni el autor parece sentirse forzado o capaz de crear alguna cortina de humo que hiciera más interesante o incierto el resultado de la búsqueda. Lex sólo va de contacto en contacto, sin falsas pistas que despisten, hasta llegar a encontrar al icono de los grafiteros. Hay algunos momentos o escenas inesperadas, pero en general no puede decirse que la novela cree una intriga o incertidumbre semejante a una policíaca. Tan sólo el giro final –demasiado parecido al de El Club Dumas- puede sonar a sorpresa genuina e iluminar el significado del párrafo inicial del primer capítulo.

     Al final un bestseller mediano, que vale más por su contenido periodístico que por sus méritos propiamente literarios. Y que tampoco creo que pase a engrosar la lista de los mejores libros de su autor. No da la impresión de que Pérez-Reverte haya querido superarse a sí mismo con esta novela ni decir nada nuevo a lo que nos ha dicho en otras anteriores. Tampoco creo que valga la pena pagar 20 euros por él. Mejor esperar a que deje de ser novedad o descargárselo en el kindle de turno. (Arturo Pérez-Reverte: El francotirador paciente. Madrid: Alfaguara, 2013, 302 pp.).



viernes, 20 de diciembre de 2013

Feliz Navidad con Boney M.

La entrada de hoy va a ser muy breve; sólo es para desearos unas Felices Navidades con una canción de Boney M ('Mary's Boy Child / Oh My Lord'). Aparte de recordar la excelente voz de Marcia Barret, el único comentario que se me ocurre es que a Booby Farrell, el bailarín, se le nota un poco como fuera de sitio, como sin saber qué ritmo llevar, y es que parece lógico que una canción como ésta no le lleve a bailar como en 'Rasputín'. Quizá esto se deba a que las Navidades son unas semanas para vivir y pensar más despacio de lo que nos lleva a hacerlo el ritmo de discoteca en el que nos han metido El Corte Inglés y compañía. Saludos y Feliz Navidad y Año Nuevo. Otro comentario me llevaría a intentar aclarar cómo un evento que algunos califican de mítico, puede dar lugar a canciones tan artísticas e inolvidables como ésta, o a piezas como el Mesías de Haendel. Daría para una charlita filosófica sobre la unidad entre belleza y verdad, pero, bueno, estamos de vacaciones y prefiero dejarlo así. Que disfrutéis el villancico, y también 'Rasputín'. Feliz Navidad...


Abajo la letra de la canción, y más abajo el vídeo de 'Rasputin'

Mary's boy child Jesus Christ, was born on Christmas Day.
And man will live for evermore, because of Christmas Day.

Long time ago in Bethlehem, so the Holy Bible said,
Mary's boy child Jesus Christ, was born on Christmas Day.

Hark, now hear the angels sing, a king was born today,
And man will live for evermore, because of Christmas Day.
Mary's boy child Jesus Christ, was born on Christmas Day.

While shepherds watch their flocks by night,
they see a bright new shining star,
they hear a choir sing a song, the music seemed to come from afar.

Hark, now hear the angels sing, a king was born today,
And man will live for evermore, because of Christmas Day.

For a moment the world was aglow, all the bells rang out
there were tears of joy and laughter, people shouted
"let everyone know, there is hope for all to find peace".

Now Joseph and his wife, Mary, came to Bethlehem that night,
they found no place to bear her child, not a single room was in sight.

And then they found a little nook in a stable all forlorn,
and in a manger cold and dark, Mary's little boy was born.

Hark, now hear the angels sing, a king was born today,
And man will live for evermore, because of Christmas Day.
Mary's boy child Jesus Christ, was born on Christmas Day.

Oh a moment still worth was a glow, all the bells rang out
there were tears of joy and laughter, people shouted
"let everyone know, there is hope for all to find peace".

--

Oh my Lord
You sent your son to save us
Oh my Lord
Your very self you gave us
Oh my Lord
That sin may not enslave us
And love may reign once more

Oh my Lord
when in the crib they found him
Oh my Lord
A golden halo crowned him
Oh my Lord
They gathered all around him
To see him and adore

(This day will live forever)
Oh my Lord (So praise the Lord)
They had become to doubt you
Oh my Lord (He is the truth forever)
What did they know about you
Oh my Lord (So praise the Lord)
But they were lost without you
They needed you so bad (His light is shining on us)

Oh my Lord (So praise the Lord)
with the child's adoration
Oh my lord (He is a personation)
There came great jubilation
Oh my Lord (So praise the Lord)
And full of admiration
They realized what they had (until the sun falls from the sky)

Oh my Lord (Oh praise the Lord)
You sent your son to save us
Oh my Lord (This day will live forever)
Your very self you gave us
Oh my Lord (So praise the Lord)
That sin may not enslave us
And love may reign once more

martes, 10 de diciembre de 2013

Greenpace y su Nihil Obstat

Seguramente todos recordamos algún libro más o menos antiguo, o de contenido más o menos filosófico o religioso que en una de sus páginas incluía el nihil obstat del obispo correspondiente, que garantizaba que ese libro estaba libre de errores doctrinales, etc. Pues nada, ya se ve que a las viejas ortodoxias les sustituyen otras nuevas. Lo he comprobado al leer dos libros de la editorial Debolsillo  (Todos mis cuentos, de Ana M. Matute, y Dublinesca de Vila-Matas). Y si antes eran los obispos quienes nos decían que un libro podía o no salir al mercado, ahora es Greenpace. Leed lo que sigue:

"El papel utilizado para la impresión de este libro ha sido fabricado a partir de madera procedente de bosques y plantaciones gestionados con los más altos estándares ambientales, garantizando  una explotación de los recursos sostenible con el medio ambiente y beneficio para las personas. Por este motivo Greenpace acredita que este libro cumple los requisitos ambientales y sociales necesarios para ser considerado un amigo 'amigo de los bosques'. El proyecto 'Libros amigos de los bosques' promueve la conservación y el uso sostenible de los bosques, en especial de los Bosques Primarios, los últimos bosques vírgenes del planeta"


     Por supuesto, soy de los primeros en defender lo ecológico de la solución; lo que me preocupa es sobre todo que a esto no lo llamemos censura de algún tipo, que ahora Greenpace se conviera en el árbitro de la literatura. Y creo que viendo las cosas con un poco más de profundidad, prefiero el nihil obstat de los obispos al de Greenpace; por lo menos aquel evaluaba el valor acomodaticio o subversivo de tus ideas; ahora parece que lo importante no es el contenido de tu libro sino el soporte en que lo publicas. Algo así como si hubiéramos sustituido la primacía de las ideas por una dictadura del sentimiento o nos hubiéramos plegado al monopolio del Kindle o el iPad.   
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