El cisne, la espiga y la cruz: poesía religiosa del Modernismo hispanoamericano |
La primera es un artículo sobre "Liberalismo y jacobinismo", un breve ensayo de José Enrique Rodó escrito en 1906 pero de una temática my actual. En él, el escritor uruguayo, desde la perspectiva del no-creyente-culto, critica la decisión del Gobierno de Uruguay de retirar los crucifijos de las salas de los hospitales. Aunque su argumentación tiene algunas debilidades, el núcleo me parece bastante sólido, pues no parece tener mucho sentido el arrojar de cualquier institución la imagen de aquél o aquéllos que pueden considerarse sus fundadores históricos. El artículo puede descargarse de mi página de Academia.edu (donde lleva ya un número interesante de visitas), y ha aparecido en el último número de la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (Se me olvidaba, su título completo, y de ahí el título de la entrada es: "Ariel y Calibán en el Estado laico: modernismo, secularización y ética del discurso en 'Liberalismo y Jacobinismo', de José Enrique Rodó").
La segunda es una selección de la poesía religiosa del Modernismo, que he publicado en la editorial MedioSiglo y que puede adquirirse en Amazon, por ahora sólo en formato impreso (y es que el formato electrónico para libros de poemas no parece funcionar bien, ni ser tan apropiado para este tipo de textos). En cierta forma se trata de un experimento, pues me interesa saber qué acogida tiene este tipo de antologías en la red, y cómo la red puede ayudar a su distribución y de paso proporcinarme unos derechos de autor más altos que cuando publico con editoras tradicionales.
Por por el lado más académico o erudito, se trata también de una reivindicación, pues en las antologías y estudios del Modernismo este aspecto se suele omitir para dar preferencia a otros que no dejan de ser importantes, pero que a mi juicio marginan la importancia cuantitativa y cualitativa de este tipo de poemas. No en vano una de las más frecuentes acusaciones que hicieron a los modernistas sus enemigos literarios fue la de ser unos escritores místicos y demasiado espirituales. Igualmente, el justo interés por los poemas esotéricos o exotistas del Modernismo ha hecho que se olvidara el significativo componente cristiano del mismo. Creo que mi antología ayuda un poco a poner en su sitio y de manera proporcionada todo este conjunto de componentes. Por eso la he titulado El cisne, la espiga y la cruz, pues el cisne fue el símbolo por antonomasia del Modernismo, la espiga es uno de los símbolos más típicos del sincretismo religioso y la cruz hace referencia a esa singularidad del cristianismo dentro de todo el conjunto.
La antología se abre con una sección de poemas dedicados a la "muerte de Dios" y se cierra con otra serie dedicada a los apocalipsis y las parusías. En cuanto al formato del libro, creo que hemos acertado al elegir un tamaño amplio, pues así los poemas se leen mucho mejor que en una edición de bolsillo. Os dejo abajo los poemas con que se abre y cierra el libro, y aquí su enlace a Amazon. Saludos.
DE MIS " VERSOS VIEJOS”
(Fragmento, Manuel Gutiérrez Nájera)
¿Recuerdas de Richter, de Richter sombrío,
el verso tan triste, tan triste, tan frío
en que habla del mártir clavado en la cruz?
Blancura sin sangre, blancura nevada,
de estatua yacente blancura callada,
entreabre en el verso sus ojos sin luz.
Nos pinta el poeta la cripta, las fosas;
los niños reviven; levantan las losas,
y a Dios suplicantes, le dicen : —¡Ya, ven !
y Dios, sollozando, responde : —¡Mis muertos!
Me tienen clavados los brazos abiertos;
no puedo abrazaros... ¡he muerto también!
—Jesús —le preguntan— ¿sin padre nacimos?
Si no nos conoce, si ya le perdimos,
si no quiere vernos, si todo olvidó,
apiádate entonces, tú danos un padre,
en ti fervorosa creyó nuestra madre...
Jesús les contesta : —¡Soy huérfano yo!
Un rayo de luna, silente, muy leve,
de luz ya sin vida, de luz toda nieve,
alumbra impasible la eterna orfandad:
el Cristo, ya exangüe dobló la cabeza...
se acerca a las tumbas la pobre tristeza,
y dice a los niños : —Dormid. ¡Olvidad!
…………………….
CANTO DE ESPERANZA (Rubén Darío)
Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.
Un soplo milenario trae amagos de peste.
Se asesinan los hombres en el extremo Este.
¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?
Se han sabido presagios y prodigios se han visto
y parece inminente el retorno del Cristo.
La tierra está preñada de dolor tan profundo
que el soñador imperial, meditabundo,
sufre con las angustias del corazón del mundo.
Verdugos de ideales afligieron la tierra:
en un pozo de sombras la humanidad se encierra
con los rudos molosos del odio y de la guerra.
¡Oh, Señor Jesucristo! ¿Por qué tardas, qué esperas
para tender tu mano de la luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas?
Surge de pronto y vierte la esencia de la vida
sobre tanta alma loca, triste o empedernida
que, amante de tinieblas, tu dulce aurora olvida.
Un soplo milenario trae amagos de peste.
Se asesinan los hombres en el extremo Este.
¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?
Se han sabido presagios y prodigios se han visto
y parece inminente el retorno del Cristo.
La tierra está preñada de dolor tan profundo
que el soñador imperial, meditabundo,
sufre con las angustias del corazón del mundo.
Verdugos de ideales afligieron la tierra:
en un pozo de sombras la humanidad se encierra
con los rudos molosos del odio y de la guerra.
¡Oh, Señor Jesucristo! ¿Por qué tardas, qué esperas
para tender tu mano de la luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas?
Surge de pronto y vierte la esencia de la vida
sobre tanta alma loca, triste o empedernida
que, amante de tinieblas, tu dulce aurora olvida.
Ven, Señor, para hacer la gloria de ti mismo.
Ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.
Y tu caballo blanco, que miró el visionario,
pase. Y suene el divino clarín extraordinario.
Mi corazón será brasa de tu incensario.
Ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.
Y tu caballo blanco, que miró el visionario,
pase. Y suene el divino clarín extraordinario.
Mi corazón será brasa de tu incensario.