sábado, 30 de junio de 2012

sábado, 23 de junio de 2012

José María Merino, Gustavo Adolfo Bécquer y sus fantásticas mujeres

Hace unos días comentábamos en clase la leyenda de Bécquer titulada  "La corza blanca" y el cuento de José María Merino titulado "La prima Rosa". Ambos relatos comparten uno de los motivos más repetidos de la literatura fantástica, que es la ruptura o el intento de ruptura de la ley de identidad, pues las dos mujeres  protagonistas no son en realidad lo que aparentan o no son solo lo que aparentan (no doy más detalles porque los dos relatos merecen la pena ser leídos). Otros leitmotivs recurrentes en ambas historias son  la experiencia en solitario del testigo, el lugar aislado y un poco gótico de la transformación, el agua como elemento intermedio de la metamorfosis, etc.


    Comento esto no  para sugerir que Merino esté copiando a Bécquer, ni mucho menos, ya que la literatura fantástica es una de las que sigue esquemas más rígidos y repetitivos; además el cuento de Merino fue uno de los que más gustó a mis alumnos. Lo que me interesa es simplemente recordar que también aquí los clásicos han llegado antes a muchos lugares que creemos que están siendo descubiertos por los modernos, o dicho de otra forma, que para llegar a donde nos quieren llevar los modernos sigue siendo imprescindible pasar primero por los clásicos. Solo se trata de que leamos a los modernos a la luz de la historia; si no podemos acabar creyendo que estamos descubriendo la rueda por enésima vez. (Gustavo Adolfo Bécquer: Leyendas. Madrid. Cátedra, 1996, pp. 327-346; José María Merino: "La prima Rosa", en Joan Estruch i Tobella, ed. Los mejores relatos fantásticos de habla hispana. Madrid: Alfaguara, 2002, pp. 89-101).



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sábado, 16 de junio de 2012

Vampiros de carne y hueso (Adelaida García Morales: "La lógica del vampiro")

Es esta una novela que recuerda bastante a El silencio de  las sirenas. Como en aquella, aquí la protagonista y narradora se ve arrastrada a llegar y vivir en un ambiente y con otros personajes que provocan en ella una sensación de extrañeza y enajenación que poco a poco va evolucionando hacia la inmersión más o menos tensa en esos nuevos mundos. Y es esto quizá lo único que quepa achacar a la narración, su, a mi juicio, excesiva cercanía con el argumento y las técnicas narrativas de la anterior novela. (Como hasta ahora no he leído más obras de la autora me queda la duda de saber si esto se trata de un recurso demasiado frecuente en la autora o si García Morales sabe también llegar a más mundos y generar más voces y más perspectivas).

     Pero, como en El silencio de las sirenas, aquí también hay que reconocer que esa voz narrativa, ese ambiente de incertidumbre y misterio y ese personaje protagonista lleno de agonías y dudas y de una irresistible atracción hacia la bruma, están magistralmente conseguidos. El desencadenante (la posible muerte del hermano de la narradora) aquí es un acontecimiento presentado de forma tan incierta e intrigante como posible, y el mundo de llegada (la ciudad de Sevilla y algunas poblaciones de alrededor)  proporcionan un soporte físico y espacial igualmente sólido y creíble. Por eso la parte del argumento que a menudo roza lo sobrenatural o lo fantástico no llega nunca a perder la verosimilitud; a esto también ayuda la normalidad de esos nombres (Diego, Pablo, Félix, Teresa, Sonia) que gravitan en torno a Alfonso, el vampiro de quien nunca sabemos en qué orden vive y qué es lo que realmente llega a esconder. El final de la novela, donde la protagonista simultáneamente cae y escapa de las redes de Alfonso, insiste a la vez en esas capacidades del vampiro pero al mismo tiempo evitan que la novela revele la verdadera identidad de este. Con la partida de la anónima protagonista-narradora no hay necesidad de aclarar el enigma, que se deja a su propia fortuna, y el lector se alegra de que la protagonista salga herida pero victoriosa de ese mundo. No es un final desesperanzado pero tampoco desmiente la posibilidad real de lo que ella ha dejado atrás.

    Lo mismo puede decirse del tono y el estilo de la novela. La narración se centra sobre todo en la vivencia interior de la protagonista, que narra todo en forma autobiográfica, manteniendo un tono uniforme pero no monótono, y utilizando descripciones y diálogos de forma conveniente, con una clara tendencia a la concisión y a la huida de todo aquello que resulte  superfluo o innecesario.  Quizá por aquí también se le pueda achacar a la novela que al final esa concentración en una única anécdota y su carácter más bien centrípeto o convergente hacen de este relato más bien un cuento largo que una novela propiamente dicha. Pero creo que la intrínseca calidad de la misma justifica una lectura positiva de lo que decía  Borges acerca de los cuentos, que eran novelas sin ripios. Usando esa frase del argentino, creo que La lógica del vampiro no sólo no tiene ripios  sino que también deja claro que estos no se necesitan cuando la historia que se cuenta tiene de por sí los suficientes ingredientes de intriga y tensión y se sabe contar con un estilo y en un tono que parecen corresponderle como por naturaleza.

    Al final, por tanto, una buena novela en sí misma, en todos los niveles, que solo defraudará –no mucho– a aquellos lectores que la lean a la luz de El silencio de las sirenas. En cualquier caso, creo que la lectura de una de estas dos novelas sigue siendo necesaria para conocer una de las voces más personales de la narrativa española contemporánea. (Adelaida García Morales: La lógica del vampiro. Barcelona: Anagrama, 1990, 189 pp.).



sábado, 9 de junio de 2012

Libros de amigos/as: 'Chiloé', de Juan Antonio Cebrián

Hoy os traigo aquí el último poemario de otro amigo y colega mío, Juan Antonio Cebrián de Miguel (Madrid, 1953). El título es el nombre de una isla del sur de Chile. Os cito primero la solapa referida al autor y al final os incluyo el poema con el que cierra el libro. Por cierto, si alguna vez asistís a un recital suyo, pedidle que os lea algún poema gauchesco. Insuperable. Mejor que el propio Borges.

"Juan Antonio alterna sus investigaciones y docencia de la Geografía con el ejercicio de la Poesía. Es Doctor en Geografía por la Universidad Complutense de Madrid, y ejerce actualmente como Científico Titular del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ha sido profesor en la Universidad Complutense y en la Politécnica de Madrid, así como en la Universidad de Maryland en College Park. Desde 2001, hasta la actualidad, es profesor asociado del Departamento de Ciencias Políticas y Geografía de la Universidad de Texas en San Antonio. Además, ha impartido cursos extraordinarios y dirigido seminarios de investigación en muchas otras instituciones europeas y americanas. Como poeta ha publicado anteriormente los siguientes libros: Si Garcilaso volviera... (Arbolé, Madrid, 1985), Billete de ida y vuelta (Otero, Madrid, 1991), Presencia de lo vegetal (Altorrey, Madrid, 1992), Andarivel (Betania, Madrid,1994), Del aire (Devenir, Madrid, 1998)".




Gravedad

I

La música se hace francesa en la voz de una soprano polinesia,
como el canto de ánimas en bosques de robles y hayas,
como el llanto sublime del pájaro por la hembra extraviada.
¿Qué otros objetos podremos rescatar,
para prestarles culto de nostalgia?
Pocos.
¿Y permanentes?
No.
No lo creo,
no somos dueños del tiempo.
Dueños de nada somos.

II

Al atardecer escribo con seguridad,
estoy en mi posición, la conozco.
Conozco la tarde, cuando cae, siempre fugaz.

III

La frontera es siempre sagrada,
porque siempre es invisible.
Y sagrada también si se la viera…

IV

Siempre estaré allí, siempre,
donde y cuando nos convoquen
para escucharte y sonreír.
Siempre.
Y tú, musa, entre nosotros
marcarás la distancia
de nuestra fingida gravedad.

(Juan Antonio Cebrián: Chiloé. Madrid: Ediciones Clásicas, 43 pp.)

sábado, 2 de junio de 2012

Horóscopos literarios: Si eres Libra... (Premio Planeta)

Comienzo con esta entrada una nueva serie, la de los horóscopos literarios, que pronosticarán infaliblemente el futuro de todos aquellos lectores de este blog o amantes y practicantes de la literatura que crean en esos delirios. La idea me la ha sugerido el mismo Blogger, cuando al revisar mi perfil me pedía que incluyera mi signo zodiacal... Y yo que creía que Google era una empresa seria...
   
      Bueno, el caso es que si eres Libra (o sea, si has nacido entre el 23 septiembre y el 23 de octubre), lo más probable es que este año ganes el premio Planeta, que, como sabes, se otorga el 15 de octubre y por eso lo puedes tomar como un regalo de cumpleaños.  Los de Planeta te llamarán unas pocas semanas meses antes para pedirte que empieces a preparar un manuscrito más o menos decente ("tampoco te pases", te dirán, y "no se te olvide firmar con tal seudónimo") y te pedirán el número de tu cuenta de Bankia para ir agilizando el depósito de la cuantía del premio. Si no eres un escritor conocido, no se lo digas, pues ellos no se darán cuenta y entonces podrías acabarás como finalista y no como ganador. Si eres un escritor conocido se lo puedes recordar e intentar regatear un poco el monto final del premio. También puedes pedirles el nombre de los componentes del jurado para contactar con ellos y agradecérselo de antemano. En otro orden de cosas, tu salud seguirá empeorando (no se puede tener todo) y te saldrá un orzuelo en el ojo izquierdo que te obligará a llevar gafas oscuras el día de la entrega del premio lo cual podrá interpretarse como una señal de la emoción que te embargaba al recoger el premio y que te habría hecho llorar de ilusión. ¡Enhorabuena! (y acuérdate de los pobres).
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