domingo, 30 de mayo de 2010

Rubén Darío: Teatros (Ed. Ricardo Llopesa)

Se recogen aquí diez crónicas de Rubén Darío en torno a la actuación de Sarah Bernhardt en Chile. De esas diez crónicas siete eran desconocidas y tres habían aparecido ya en el libro Páginas de arte, de 1924. Las crónicas fueron  publicadas por Rubén Darío en el diario La Época de Santiago de Chile, donde las descubrió Julio Saavedra Molina, que las publicó como conjunto en Nicaragua en 1988. Esta edición de Ricardo Lopesa reproduce básicamente la edición de Saavedra Molina y está pensada sobre todo para su difusión en España. (Rubén Darío: Teatros. Ed. Ricardo Llopesa. Aitana: Altea, 1993, 89 pp.).

sábado, 29 de mayo de 2010

Personajes con alma

Copio unas palabras de una entrevista a María Tena, acerca de la forma de crear personajes con vida propia: Pregunta: "¿Cómo se dota de alma a los personajes?" Respuesta: "Menuda pregunta. Es la primera que se hace cualquier narrador que empieza a contar una historia. Porque cuando un se encuentra con el personaje ya tiene la novela. Como dice Kureishi, en literatura la personalidad lo es todo  y la exploración de la personalidad del personaje es lo central. Para que el personaje respire no hay secretos sino intuiciones. Una es dejarlos vivir y no imponerles tus moldes. Darles aire, no clasificarlos. Si escribo novelas es para hacerme preguntas. Y mostrar  personajes complejos, contradictorios, a veces inseguros es mi manera de hacerlo" (Tomado de Leer, mayo 2010, pp. 84-85).

jueves, 27 de mayo de 2010

Los dilemas políticos de la cultura letrada (Alberto Julián Pérez)

De la contraportada: Este libro "investiga, en las obras de destacados escritores del siglo XIX argentino, los ideologemas que vertebraron nuestra idea del país. Analiza el valor que se les dio a las ideas de 'raza', 'territorio', 'religión', 'género', al pensar en la nación; el sentido de lo americano frente a lo europeo; la relación entre los intelectuales y las masas. Pérez interpreta las nociones más polémicas de nuestra historia intelectual, tal como la vivieron sus actores: Echeverría, Sarmiento, Alberdi, Mármol, Mansilla, Hernández, Cambaceres..." (Alberto Julián Pérez: Los dilemas políticos de la cultura letrada: Buenos Aires: Corregidor, 2002, 205 pp.).

miércoles, 26 de mayo de 2010

Bienvenidos a la fiesta (Luis Daniel González)

La siguiente descripción está tomada de http://www.down21.org/revista/2007/Febrero/Libros.htm, que sigue bastante de cerca la contraportada del libro:  Se trata de una selección y análisis de las mejores obras de literatura infantil y juvenil publicada en español, tanto en editoriales españolas como latinoamericanas. Incluye obras clásicas y modernas, novelas y cuentos, álbumes ilustrados y de cómic, obras de poesía y de teatro para niños y jóvenes. De todas se dan los datos editoriales, argumentos, textos significativos, comentarios sobre características y méritos. La información está estructurada para orientar a cualquier padre o educador interesado en introducir a sus hijos o sus alumnos en la lectura, y a cualquier posible lector curioso, empezando por los propios chicos. Se completa con una relación de los libros más destacados a juicio del autor, una bibliografía extensa y actualizada, y unos índices por autores, por títulos, por géneros y por posibles edades apropiadas para la lectura. (Luis Daniel González: Bienvenidos a la fiesta. Madrid: CIE Dossat, 2001, 650 pp.).

martes, 25 de mayo de 2010

La soledad era esto (Juan José Millás)

Esta novela de J. J. Millás muestra unos hábiles recursos narrativos que en general la hacen funcionar muy bien en ese nivel. La lectura del diario de su madre que Elena hace a lo largo de la novela y que la revela que ella, Elena, es a la vez una copia y un opuesto de su madre, y que eso se va repetir en su hija y en su nieta, producen una estructura circular apropiada para el mensaje de agobio existencial que transmite el argumento. De la misma forma, la lectura de los informes del detective contratado por ella para vigilar a su marido, y a ella misma, sirven para completar desde fuera la imagen que ella persigue de sí  y que de otra manera hubieran sido más difíciles encajar en el argumento.Y esto es lo que más me ha gustado de la novela.

        El título y la forma de materializar el sentimiento de soledad de Elena no me acaban de convencer, quizá porque no he entendido bien las intenciones del autor. Si lo que Millás ha querido ha sido mostrar la pesadez de la soledad, no creo que una narración tan centrada en la protagonista, donde ella actúa como catalizadora activa de todas las acciones, sea la más apropiada para ello. Me parecen más duras la soledad de Ana Ozores en el último capítulo de La Regenta o la  humillación de 'Bola de sebo' en el famoso cuento de Maupassant, donde la condición de víctima de las dos mujeres intensifica mucho más su insoportable situación. Elena, por el contrario, no parece ser víctima más que de su propia abulia. Tampoco tengo muy claro que tanta insistencia en lo escatológico, en lo visceral y en el uso continuado del hachís sea la  mejor forma de ejemplificar ese vacío (No lo he llevado por cuenta, pero calculo que Elena va al baño unas treinta veces, en una novela de 180 páginas de letra grande, y se fuma unos cuarenta canutos). Porque más que de soledad creo que la novela trata del vacío, de la náusea de Sartre. La redención de Elena que se apunta al final, a través del enamoramiento del detective, no me parece un contrapeso suficiente para redimir el pesimismo del resto de la narración. De hecho parece como si el narrador hubiera decidido parar ahí la historia porque con sus presupuestos de partida una segunda relación amorosa tampoco hubiera podido ser feliz.

      Es  una novela apropiada para mostrar el desengaño político y existencial que siguió a la desaparición de la Dictadura, pues Elena y su marido fueron contestatarios del franquismo pero ahora viven de la corrupción y en el vacío espiritual de la Democracia. No lo es tanto tanto para entender la situación de soledad.  A pesar de su relativa brevedad y de su accesible lenguaje, me parece que mis alumnos no disfrutarían esta novela. Demasiado deprimente para su gusto. (Juan José Millás: La soledad era esto. Barcelona: Destino, 1990).

lunes, 24 de mayo de 2010

El Señor de los Anillos (J.R.R Tolkien)

Cada vez que veo o leo (o 'reveo' o 'releo') El Señor de los Anillos acabo con la impresión de que el resto de los libros -salvo algunos clásicos- y el resto de las películas son como pequeños capítulos de esta novela o de esta película. Todas las pasiones, todas las ilusiones, todas las decepciones, están ahí modélicamente ensambladas, con unos personajes nunca planos, imprevisibles, y un argumento trenzado hasta sus límites pero no más allá de ellos. Las demás novelas, las demás películas, cada vez me recuerdan más las dudas de Frodo, la lealtad de Sam, la debilidad de la raza de los hombres, la perfección de los elfos, la libertad y el amor de Arwen, la soledad de Gollum, la traición de Saruman....  Dos delicias, el libro de Tolkien,  y la película de Jackson. (J.R.R. Tolkien: El Señor de los Anillos. Barcelona: Minotauro, 1977-1980).

domingo, 23 de mayo de 2010

Negra espalda del tiempo (Javier Marías)

Es ésta una novela para los fans de Marías. A quienes no les guste su literatura la encontrarán insufrible, por ser un texto metaliterario que vuelve sobre otra novela suya anterior (Todas las almas) para reflexionar sobre la recepción que tuvo aquélla en el Oxford donde transcurría y para jugar con las confusiones e identificaciones entre personajes reales y ficticios. Como relato tradicional es algo más bien muerto o demasiado discontinuo. La acción apenas avanza y consiste en una serie de vaivenes narrativos y reflexivos que se van rizando en espiral sin llegar a ninguna parte y sin crear ninguna línea o progresión emocional que culmine en clímax alguno. Este grupo de lectores calificarán de pedaleos las vueltas y revueltas de Marías sobre motivos como el matrimonio o la imposiblidad de la certidumbre, también porque se repiten en otras novelas del autor.

Por el contrario, quienes gusten de su literatura encontrarán con razón cuatrocientas páginas de escritura brillante e incontestable, y una metanovela donde lo ficticio y lo histórico se mezclan para producir al final una perfecta y por lo mismo confusa simbiosis. Disfrutarán también de ese lenguaje fluido y rico, de frases sinuosas pero nada pesadas y de algunos momentos magistrales donde esa ficción real o esa realidad ficticia alcanzan niveles de antología. Algunas de las parodias, ironías y homenajes a figuras de la literatura o la política son igualmente memorables, aunque su recurrencia produzcan a veces una voz narrativa demasiado cínica y autosuficiente.

Yo me quedo a medio camino entre los dos grupos, aunque reconozco que he disfrutado especialmente con las evocaciones familiares que menudean por el libro. (Javier Marías: Negra espalda del tiempo. Madrid: Alfaguara, 1998, 392 pp.).


sábado, 22 de mayo de 2010

Luzmaría Jiménez Faro o el canto de la luz: La editora y la poeta (María Cristina C. Mabrey)

El libro recoge una muy interesante documentación acerca de la labor editorial y creativa de Luzmaría Jiménez, la fundadora de Torremozas, un referente ya insalvable en el panorama editorial hispánico. Entre otros, merecen leerse los comentarios y correspondencia de Jorge Guillén, Leopoldo de Luis, Carmen Conde, Concha Zardoya... acerca de los poemarios de Luzmaría:  Cuarto de estar, Letanía para mujeres enamoradas, Bolero....  Se incluyen también tres entrevistas que no tienen ningún desperdicio. Un merecido homenaje y un homenaje de calidad. (María Cristina C. Mabrey: Luzmaría Jiménez Faro o el canto de la luz: La editora y la poeta. Madrid: Torremozas 2009).

viernes, 21 de mayo de 2010

T. S. Eliot y la literatura de consumo

Traduzco unas palabras que creo que T. S. Eliot  escribió pensando en escritores-imitadores o demasiado comerciales: "Cuando un novelista contemporáneo es un individuo con ideas propias, puede que tenga algo que ofrecer a aquéllos que sean capaces de entenderlo (...) Sin embargo, la mayoría de los novelistas nadan a favor de la corriente, aunque quizá un poco más rápidos que el resto de los humanos. Tienen un poco de sensibilidad, pero no suelen ser muy inteligentes." (Tomado de T. S. Eliot: Essays. Ancient & Modern. Londres: Faber & Faber, 1969, p. 100).

Trayecto. Un recorrido crítico por la reciente narrativa española (Ignacio Echevarría)


Del imprescindible libro de Echevarría me han interesado sobre todo tres puntos: 1) la importancia de la narrativa norteamericana como referente casi constante para la española, 2) su polémica reseña de El hijo del acordeonista, de B. Atxaga, donde puede pesar lo literario, pero donde me parece que lo ideológico acaba siendo la verdadera directriz del comentario, y 3) el elogio de Corazón tan blanco, quizá la novela más admirada de todo el libro. Elogio que comparto en lo referido a muchos de los aspectos formales –sobre todo la organización del argumento- pero no tanto en lo referido al contenido (ver mi comentario en este blog). (Dejo fuera la bochornosa reacción de El País-Alfaguara ante la reseña de El hijo del acordeonista, que es para sacarle los colores a cualquiera). (Ignacio Echevarría: Trayecto. Un recorrido crítico por la reciente narrativa española. Barcelona: Debate, 2005).

jueves, 20 de mayo de 2010

Penumbra. Antología crítica del cuento fantástico hispanoamericano del siglo XIX


Existen otras antologías semejantes, como la pionera de Óscar Hahn o la más reciente de José Javier Fuente del Pilar; sin embargo ésta merece destacarse por haber recuperado cuentos y relatos que no aparecen en las demás y que tienen una gran importancia histórica por la fecha de su publicación o por sus propios méritos artísticos. Algunos ejemplos serían "La estatua de bronce", de Juan Vicente Camacho, o "La mulata de Córdoba", de José Bernardo Couto. Igualmente, la selección contiene las narraciones habituales en las demás antologías similares: "El ruiseñor y el artista" de  Eduardo L. Holmberg, "Coincidencias" de Juana M. Gorriti, y otras ya más propias  de escritores posteriores, que ya escriben a comienzos del siglo XX: "El caso de la señorita Amelia", de Rubén Darío, "Cábala práctica" de Leopoldo Lugones, etc. 
      Por si acaso, hay que recordar que muchos de estos relatos  son de los primeros en su género  y están escritos con la espontaneidad y a veces descuido propios de los románticos, y por tanto no hay que esperar de ellos los logros estilísticos propios del siglo XX, aunque también hay interesantes excepciones.  El estudio introductorio es asequible al lector medio, asi que al final ésta se convierte en una antología apropiada para el lector en general, para los aficionados a lo fantástico  y muy útil también para cualquier curso sobre literatura fantástica en castellano. (Lola López Martín [ed.]: Penumbra. Antología crítica del cuento fantástico hispanoamericano del siglo XIX. Madrid: Lengua de Trapo, 2006).




miércoles, 19 de mayo de 2010

Perspectivas sobre el modernismo hispanoamericano (José Ismael Gutiérrez)

De la contraportada: "Es un conjunto de siete miradas y aproximaciones al modernismo literario e hispanoamericano y la cultura de fines del siglo XIX y principios del XX. Junto a la relectura de aspectos explorados  ya por la crítica (...), el lector podrá visionar otros instantes, otras zonas menos revisitadas, otros textos y contextos, como la  traducción al español de obras extranjeras, sobre todo francesas (...) A pesar de su planteamiento fragmentario y de indagar casos particulares, este libro no se cierra a nuevos enfoques que ayuden a comprender mejor en su conjunto  las letras hispanoamericanas de 'fin de siglo', en toda su riqueza y complejidad." (José Ismael Gutiérrez. Perspectivas sobre el modernismo hispanoamericano. Madrid: Pliegos, 2007, 461 pp.).

martes, 18 de mayo de 2010

Cuentos completos (Julio R. Ribeyro)

Como es habitual en este tipo de títulos, aquí no se recogen todos los cuentos de Ribeyro pues faltan algunos anteriores a  Los gallinazos sin plumas. Pero al mismo tiempo es una recopilación que hay que agradecer y, por supuesto, leer.

Ordenados más o menos cronológicamente, muestran a ese gran escritor de relatos breves que es Ribeyro y ese mundo suyo que empieza con el realismo de denuncia de "Los gallinazos" para ir evolucionando hacia esa otra mirada un poco más universal de antihéroes tentados y vencidos por el fracaso pero arropados por un toque de cariño, humor y benevolente escepticismo.

De todos ellos me quedo con los más autobiográficos, con los protagonizados por personajes-escritores y, sobre todo, con esa historia inolvidable que es "Silvio en el Rosedal." 
Sobre el reducido pero interesante grupo de sus cuentos fantásticos publiqué un artículo en la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (núm. 67, 2008, pp. 255-272) (Julio Ramón  Ribeyro: Cuentos completos. Madrid: Alfaguara, 1994).
 

sábado, 15 de mayo de 2010

Los bestiarios en la literatura medieval castellana (Néstor A. Lugones)

De la contraportada: "La figuración simbólica de animales, plantas y piedras pobló la literatura castellana medieval, y sirvió de enseñanza, ejemplo, inspiración poética o comparación amorosa. Unicornios, fénix, charadrius, mandrágoras y piedras filosofales fueron más que fantasías. Hoy su lectura cobra resonancias cautivadoras. En esta tradición el Arcipreste de Hita y Gonzalo de Berceo responden con su proverbial originalidad y pero Díez de la Costana forja con ella una de las expresiones del más alto lirismo amoroso" (Néstor Lugones: Los bestiarios en la literatura medieval castellana. Palencia: Cálamo, 2006, 270 pp.).

viernes, 14 de mayo de 2010

La realidad oculta. Cuentos fantásticos españoles del siglo XX (Eds. David Roas y Ana Casas)


Antología necesaria y antología acertada. Necesaria porque reivindica y documenta esa veta semiolvidada de narraciones fantásticas de gran calidad que recorre toda la literatura castellana desde las leyendas de Bécquer hasta el presente. Como dejan claro los editores de la selección (verdaderos especialistas en la materia), junto a todos los –ismos del XX (modernismo/noventayocho, vanguardismo, realismo social, etc.), la producción fantástica tiene entidad por sí misma y merece todas las recuperaciones que sean posibles. La antología, de trescientas páginas justas, comienza con "Medium", un conocido relato de Baroja, y concluye con "Overbooking", de Luis García Jambrina. Se nota en la serie el cambio del paradigma fantástico, un poco más gótico al comienzo y muy posmoderno en los relatos más recientes, con intercalados de lo fantástico más clásico. Como suele ser habitual, los posmodernos dan el tono menos optimista de la antología, que por otro lado es ejemplar. Aunque yo añadiría al menos un relato de Azorín y también "El atentado", de Jorge Campos, no eliminaría ninguno de los aquí recogidos. Mi preferido: "Apiguaytay", de Alonso Zamora Vicente (David Roas y Ana Casas (eds.): La realidad oculta. Cuentos fantásticos españoles del siglo XX. Palencia: Menoscuarto, 2008).
   

Todas las madres del mundo (Gustavo Martín Garzo)


El vallisoletano acaba de publicar este libro en el que "a modo de relatos cortos, identifica y describe a más de cincuenta tipos de madres, de la trapecista a la extraterrestre, de la desconfiada a la dadivosa." (El Cultural)  De Martín Garzo aún no he leído nada, sólo un par de entrevistas en Leer (Navidad 2009) y en El Cultural (Abril 2010). De ellas cito algunas de sus respuestas: "La literatura es deseo, tiende a unir los que está separado por la razón. El mundo de los vivos y el mundo de los muertos, el de los niños y el de los adultos… El dolor de mi protagonistas abre zonas …en su propio corazón, zonas que debe explorar par encontrarse con lo que ama… La vida es triste y cruel, pero también está llena de maravillas. Y en mi literatura hay un espacio siempre para la adoración". En cuanto a las madres: "¿Cómo no? Las madres son nuestro primer amor, les he escrito este libro para que ellas sean felices leyéndolo", mi madre "fue de esas madres de las que ya no quedan, de aquellas cuyas vidas, pobres, consistía en ocuparse de sus hijos. Siempre fue cariñosa, entregada y cercana. Por ella está tan presente en el libro la felicidad de estas relaciones…. Yo me quedaría con la pobre madre ogresa, que cuanto más quiere a sus hijos, más ganas tiene de comérselos." En cuanto a otras obras de Martín Garzo, tengo buenas referencias de El pozo del alma, La princesa Manca y Una miga de pan (Gustavo Martín Garzo: Todas las madres del mundo. Barcelona: Lumen, 2010).

miércoles, 12 de mayo de 2010

Perros verdes (Agustín Cerezales)


La leí hace tiempo, pero es de las que me he quedado con más ganas de releer. Me cautivó la habilidad de Cerezales para crear una variedad de historias vivas unidas por un solo tipo de argumento –la vida en España de varios extranjeros– que en principio podría ahogar la unicidad e independencia de cada relato. Sin embargo nada de eso ocurre y en ningún momento la lectura de historias análogas llega a cansar. Quizá porque, aunque todas esas historias tengan un marco común –la España foránea–, los protagonistas son siempre personajes vivos y humanos, tocados por la tragedia o el infortunio, pero siempre redimidos, al menos de forma transitoria. Como la vida misma, con un poco de cariño añadido. Una de las próximas lecturas para mis clases (Agustín Cerezales: Perros verdes. Palencia: Menoscuarto, 2005).

martes, 11 de mayo de 2010

Todos los cuentos (Cristina Fernández Cubas)

Leer la recopilación de los relatos cortos de Fernández Cubas es un ejercicio placentero y gratificante por dos razones. La primera por ver cómo la autora ha conseguido crear un mundo y una voz únicos a través de ese género literario que hasta hace poco era considerado secundario. Creo que después de ella queda claro que escribir un buen cuento, y sobre todo un volumen de buenos cuentos, prácticamente irremplazables, tiene el mismo mérito que escribir una novela, y –perdón por la obviedad– mucho más que una mediana novela. La segunda es ver el progreso y la creciente maestría que Fernández Cubas muestra a lo largo de su producción. Aunque alguno de sus primeros relatos, como "Mi hermana Elba", eran ya piezas antológicas, en otros todavía se notaban los esfuerzos y luchas para dar con la expresión precisa o para aumentar la cohesión del argumento. En los últimos, lo que vemos es la habilidad de una maestra del género en ambas facetas. A algún lector le podrá parecer un poco repetitivo el tipo de ambientes y mundos recreados en los relatos. Creo que es en parte cierto, y también inevitable, dado la orientación y temática fantástica y deconstructora elegida por Fernández Cubas. Por eso a veces el conjunto resulta un poco pesimista. Pero al mismo tiempo, la autora ha conseguido demostrar que en España también pueden los mundos y estilos personales de Edgar A. Poe y Horacio Quiroga, que creo que es uno de los mejores elogios que puede recibir un cuentista. Entre sus relatos me quedo con "El ángulo del horror", quizá porque fue el que me llevó a descubrir a Fernández cubas. En mis clases hemos leído "El ángulo del horror", que es junto a "Helicón" el que más gusta a los alumnos, aunque a veces les cuesta recrear la línea narrativa del relato por los abundantes retrocesos con que se construye la narración (Cristina Fernández Cubas: Todos los cuentos; El ángulo del horror. Barcelona: Tusquets, 2008, 1990).
   

Dime quién soy (Julia Navarro)


No he leído todavía esta novela, pero me han hablado bien de ella. Por ahora copio los últimos párrafos de la reseña que le dedica Javier Cercas Rueda en Aceprensa (5 mayo, 2010): "Sería exagerado calificar a esa novela de obra de arte, pero es un trabajo serio y valioso, con un personaje central interesante, a pesar de –o precisamente por– sus errores, llevado con buen pulso hasta el final, equilibrado en la presentación de facciones políticas, sin concesiones comerciales de sexualidad ni violencia. Tiene las mejores virtudes de la novela popular folletinesca y un cóctel bien conseguido de géneros de éxito (intriga y espías, histórico y romántico). En este abultado libro hay partes más emocionantes y otras menos justificables; el esquema narrativo es algo repetitivo y simple (compañero, ciudad y actividad de turno de Amalia; viajes del narrador), pero el conjunto no resulta aburrido. Cuarta novela de la escritora madrileña (1953), que la mantendrá sin duda en los puestos altos del número de ventas, algo que, por esta vez, no está peleado con una calidad aceptable" (Julia Navarro: Dime quién soy. Barcelona: Plaza y Janés, 2010)

lunes, 10 de mayo de 2010

Good to Great: why some companies make the leap--and others don't (James C. Collins)


Como su título indica, el libro no está propiamente dedicado al tema educativo sino al gerencial o de dirección de empresas. Sin embargo contiene bastantes ideas aplicables a cualquier campo profesional, y de hecho dos de los ejemplos más ilustrativos son los de dos entrenadores de dos equipos deportivos. En su página de internet hay un enlace para las instituciones educativas. Entre esas ideas que intentan explicar porqué una compañías (o unos equipos o unas personas) alcanzan el nivel de excelencia y otras no, están, por ejemplo: 1) la existencia de un líder 'level 5', ambicioso en las metas profesionales pero sencillo y nada ególatra en la vida personal; este líder sabe crear de forma natural un ambiente de autodisciplina a su alrededor 2) una visión clara de la misión y objetivos de la empresa, que responde a varias preguntas y actitudes (¿en qué puedo ser el mejor?, ¿qué es lo que realmente vivo con pasión?, ¿qué nicho puedo ocupar yo con las cualidades que tengo, y hacerlo único), 3) evitar distracciones y evitar crecer en superficie cuando se puede crecer en profundidad. Realmente útil para cualquier profesión. (James C. Collins: Good to Great: Why Some Companies Make the Leap--and Others Don't. New York: Harper Collins, 2001. No conozco traducción al castellano).

El código Da Vinci


De por sí y como explico en la sección 'este blog', los best-sellers no son mi tipo de libro. Como les pasó a los sevillanos cuando se cabrearon por la ignorancia o mala leche con que Brown retrataba Sevilla en La fortaleza digital, como burgalés me sentí ofendido por la falta de conocimiento de la iconografía artística en El código Da Vinci. Resulta que en el museo de la catedral de Burgos tenemos una pintura de la Magdalena que incluso algunos atribuyen a Leonardo Da Vinci, aunque lo más seguro es que se trate de una obra salida de su taller, muy probablemente de los pinceles de su discípulo Giovan Pietro Rizzoli de Gianpetrino. Aquí la foto:
Obviamente, nada que ver con la figura de 'María Magdalena' en 'La última cena' de Da Vinci. Cualquiera medianamente experto en arte europeo sabe se trata del apóstol San Juan, a quien se solía representar joven e incluso un poco afeminado según los cánones actuales. Era la forma de resaltar su juventud frente a los demás discípulos. Ahora  un cuadro  de la época de Leonardo Da Vinci, titulado 'San Juan en Patmos' y obra de Hans Baldung (1511) que confirma lo que digo. Se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York:
En fin, las presunciones históricas de Dan Brown, para llorar. Cualquier parisino –como una de mis colegas me confirmó al respecto de París– nos diría lo mismo.

La política en la era del desencanto


Así se titula un breve pero esclarecedor artículo del prof. Juan Manuel Burgos en el que hace una lectura actualizada de dos libros clásicos sobre el tema (que cito al final). En él resume las razones por las que los ciudadanos de a pie están perdiendo o pierden fácilmente su confianza en los políticos y en su interés por esa esfera de la vida civil. Entre otras: expectativas mesiánicas generadas por los políticos y aceptadas por los propios ciudadanos, corrupción, pragmatismo a corto plazo, falta de perfil ideológico definido, etc.

También son acertadas sus observaciones acerca de esas iniciativas ciudadanas, como el Tea Party estadounidense –al que se podría equiparar algún partido de ciudadanos en España- que cuando quieren articular su discurso en la esfera política, empiezan inevitablemente a perder su sabor original (Juan Manuel Burgos: "La política en la era del desencanto" Aceprensa 33 (2010), pp. 1-4). Los dos libros resumidos en su artículo son: G. Di Palma: Apathy and participation. Mass Politics in Western Societies. Nueva York: The Free Press, 1970; y S. P. Huntington: The Third Wave. Democratization in the Late Twentieth Century. Norman: Oklahoma University Press, 1991.

Rankings…


Hace poco he leído un trabajo de Robert C. Spires en el que estudia el número de artículos que las revistas académicas han dedicado a autores/as y obras de la era postfranquista, y más específicamente la de los años 1990-2005. Su lista incluye un total de 68 escritores, algunos ya fallecidos. Como el propio Spires reconoce, éste no debe verse como un ranking definitivo por las limitaciones propias de este tipo de estudio, pero sí resulta útil para comprobar los ajustes y desajustes entre popularidad, interés académico, calidad literaria y reconocimiento institucional: algunos fabricantes de best-sellers o colaboradores habituales y ruidosos de la prensa no aparecen por ningún lado y ganadores del Premio Cervantes o académicos de la RAE lo hace por detrás de otros que uno consideraría autores mucho más pasajeros. Artículo original e interesante (Robert C. Spires: "Scholarship-Opinion-Canonicity: Criticism and Contemporary Spanish Prose Authors." Letras Peninsulares: otoño-invierno 2007-2008, pp. 389-400).

Soldados de Salamina (Javier Cercas)

Aunque se trató de todo un best-seller y una consagración  de su autor, su lectura a mí me dejó con 'mixed views', como dicen en EE.UU. Me llenaron completamente la primera y la tercera parte, por su hábil simbiosis de realidad y ficción, el nacimiento y desarrollo natural y fluido del argumento, y el arribo verosímil a un clímax tan interesante como humano, y al mismo tiempo tan antiheroico y posmoderno. La segunda parte me pareció –y espero estar equivocado- un pastiche literario y lingüístico al que todavía no acabo de ver redimido de ninguna manera.

     De todas formas el resultado final merece la pena, sobre todo si uno está cansado de maniqueísmos sobre la Guerra Civil, pues la novela recupera esos momentos de la contienda en que ni todos los malos son malos ni todos los buenos son buenos. O donde el corazón del hombre asoma en sus dudas, incertidumbres y medianías, y la conciencia en su libertad responsable. Fácil de leer para los alumnos, que agradecerán también la visión nada maniquea de un conflicto bélico que, como todos los demás, tanto se resiste a simplificaciones (Javier Cercas: Soldados de Salamina. Barcelona: Tusquets, 2001).



Londres es de cartón (Unai Elorriaga)


No he leído todavía la última novela de Unai Elorriaga, que me dejó con muy buen sabor de boca con sus primeros libros, como explico en la otra entrada suya de este blog. Por ahora copio el párrafo final de la reseña -no muy positiva- que le ha dedicado El Cultural (23 abril, 2010). Por mi parte, espero poder leerla pronto:
"En Londres es de cartón hay que separar muy bien intenciones y acierto. Al autor le mueve la loable denuncia del sojuzgamiento humano, pero no atina en la materialización. El enfoque basado en una mezcla de ingenuismo simplista y de absurdo se queda muy corto para revelar con verdad y densidad el terror. Por otra parte, la alegoría tiene sus exigencias de verosimilitud, las cuales se vienen abajo si al lado de unos "carboneros" (poco afortunada figura que encarna a los dictadores y a la policía política) se ponen nombres concretos de asesinos, por muy sanguinarios que sean (Videla, Menguele, Pol Pot). Además, el autor cae en la inexplicable solución de que la chica no sea una desaparecida, con lo cual toda la trama que había sostenido las expectativas del lector se viene abajo en una obra ya de por sí con tan pocos alicientes. Creo que a Elorriaga le ha superado el tema. La dictadura de su novela es de cartón piedra, una construcción abstracta. Los personajes no interesan lo más mínimo, carentes como están de ese misterio que rodea a los de, por ejemplo, Samuel Beckett, con quienes podrían tener algo que ver. La anécdota no existe. El terrible asunto no emociona. Sí tiene el autor preo-cupaciones formales y estilísticas -y esta inquietud es lo más valioso del libro-, pero su estilo de oraciones simples carece del suficiente empaque para la envergadura del empeño. Los nobles propósitos son superiores a los logros." (Unai Elorriaga: Londres es de cartón. Madrid: Alfaguara, 2010).

sábado, 8 de mayo de 2010

Un tranvía en SP; El pelo de de Van't Hoff; Vredaman (Unai Elorriaga)


Vistas en su conjunto forman una especie de trilogía de lectura obligatoria por su innovación lingüística, la originalidad de sus argumentos e imágenes, la forma de entrelazar las diferentes historias y esa constante pero agradable obligación que el lector tiene de estar interviniendo en la construcción de las frases y de contarse a sí mismo la historia. En la revista Hipertexto publiqué junto a un amigo una entrevista con Unai en la que tratábamos de desmenuzar los particulares de estas tres novelas. Acaba de salir al mercado la novela que prometía en esa entrevista, que todavía no he leído. Confío que tenga la fortuna de evitar los escollos que mencionábamos entonces, principalmente la repetición de un estilo puede llegar al anquilosamiento y a opacar la capacidad imaginativa Elorriaga. Libros no estudiados todavía con mis alumnos, que creo que disfrutarán con los argumentos pero tendrán sus más y sus menos con el lenguaje. (Unai Elorriaga: Un tranvía en SP; El pelo de de Van't Hoff; Vredaman. Madrid: Alfaguara, 2003, 2004, 2006; Premio Nacional de Narrativa 2002). 

     


Memorias de un hombre de madera (Andrés Ibáñez)


Novela de orientación fantástica con el motivo del golem u hombre artificial como tema director. La trama del libro se desarrolla con un crescendo, a veces acertado, a veces desigual. Son interesantes y logradas las pistas y guiños que el narrador va dejando caer acerca de la identidad del protagonista y la sorpresa de su identidad final, que hace encajar bien las incógnitas y singularidades expuestas en los capítulos previos. Sin embargo, en éstos hay algunos momentos que parecen demasiados o independientes de la trama principal, y quizá superfluos (algunas de las conversaciones con el librero, etc.). Las reflexiones sobre el sentido de la vida se enmarcan bien en ese tono simultáneo de ironía y seriedad en que el autor mueve al personaje, pero el pesimismo final no deja de ser desalentador y la recurrencia a lo sexual (y no a la autoconciencia) como clave en la identidad humana quizá demasiado insistente. Probablemente lo mejor elaborado sea el desenlace, donde una serie de hábiles giros narrativos muestran la identidad de Esteban, la necesidad del amor, y el poder de éste para adormecer las angustias existenciales, que, sin embargo, siguen siendo reales e irresolubles. Lo que más insatisfecho me ha dejado ha sido el lenguaje. Me parece demasiado neutro y sin marcas estilísticas propias. Al final, una novela en la que las originalidades de la trama y los méritos de la narración quedan perjudicados por un estilo demasiado impersonal, algunas escenas inconexas y unos vuelos filosóficos que podrían haber llegado más lejos si el autor no se hubiera quedado enredado en tópicos, esoterismos y cosas por el estilo (Andrés Ibáñez: Memorias de un hombre de madera. Palencia, Menoscuarto: 2009, Premio Tristana 2009).


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