jueves, 30 de enero de 2014

El mejor libro para salir de la crisis (y Michael Jackson)

Ahora que acabamos de empezar el año, nada mejor que recomendar un libro para salir del pozo...

     En estos tiempos de crisis dura no faltan quienes dicen que la solución está en medidas políticas, económicas, sindicales, etc., etc., etc. Sin descartar todo eso, la verdad es que me parece que la solución a la crisis, al igual que sus causas, debe ser más honda y radical. Como han dicho muchos, esta situación es sólo la manifestación superficial de una crisis más honda, llámese crisis de valores, de virtudes, espiritual, moral, etc. Y esta crisis de fondo es, en realidad, una crisis de identidad personal, es decir, de no entender la dignidad de ser persona ni de estar conviviendo con personas de igual dignidad, independientemente del color, creencias, origen, etc. Hasta que no entendamos de verdad todo lo que eso implica y todo lo que todos tenemos que cambiar al respecto, veo muy difícil que podamos salir de la crisis de forma más o menos definitiva. 

     Por eso recomiendo este libro, que es una reelaboración bastante actualizada y ampliada de una primera edición. El autor, profesor de la Universidad CEU-San Pablo, es posiblemente el mayor experto español en personalismo, esa actitud-pensamiento-filosofía  cuyos representantes más importantes fueron Emmanuel Mounier, Gabriel Marcel, o Jacques Maritain y que surgió como la alternativa humanizada frente a colectivismos  e individualismos extremos.

      Como  los colectivismos extremos (nazismo, fascismo, comunismo) ya han quedado enterrados por la historia, el personalismo ahora es la alternativa al individualismo capitalista y neoliberal también extremo que nos ha llevado a la crisis.  Sólo nos queda conocerlo un poco mejor y empezarnos a aplicar el cuento, es decir, a actuar de forma que mostremos lo grande que es ser persona y que actuemos hacia los demás considerándolos también en esa grandeza.


Portada de Gulag: Life and Death Inside the Soviet Concentration Camps,
historia gráfica, de Tomasz Kizny (2004, 496 pp.),
para el álbum negro del comunismo

Fotografía del derrumbe del edificio de fábricas
y tiendas textilesde Bangla Desh (abril de 2013),
para el álbum negro del capitalismo 

       Es lo que, al final, el libro de Burgos nos acaba enseñando. Su contenido está presentado en forma asequible y fácil de entender, y al mismo tiempo con la seguridad y precisión de quien maneja bien los términos filosóficos necesarios. Lo que queda después de esa detallada descripción de las ideas de los diferentes pensadores personalistas, es que además de tratarse de un pensamiento muy humano y alejado tanto de idealismos imposibles como de materialismos constrictores, puede dar lugar a un programa de actuación social e incluso política que podría convertirse en una solución para todo el rollo en el que nos han o nos hemos metido por no leer más libros como éste. (Juan Manuel Burgos: Introducción al personalismo. Madrid: Palabra, 2012, 290 pp.). 

      O como decia Michael Jackson en 'Man in the mirror' : If you wanna make the world a better place take a look at yourself, and then make a change' (Si quieres cambiar el mundo para bien, mírate primero a ti mismo y empieza a cambiar...; vídeo abajo)



lunes, 20 de enero de 2014

Belén Gopegui: Acceso no autorizado

Acceso no autorizado,
un frustrado intento
de originalidad
Ésta es la cuarta novela de Belén Gopegui que me leo y poco tengo que decir que no haya dicho al respecto de las dos últimas (La conquista del aire, Deseo de ser punk). Como en esas dos, aquí Gopegui vuelve a mostrar que es una escritora inteligente y llena de recursos, tanto estilísticos como de composición argumental pero, al mismo tiempo, que sigue encerrada en unos parámetros que le impiden pensar y escribir "outside the box", como dirían los americanos.

    El lenguaje vuelve a deslumbrar en algunos momentos, sobre todo en los más líricos y en los párrafos o diálogos menos ligados a la reciente historia de España. Realmente recuerdo pocos escritores actuales que en este sentido me entusiasmen tanto como Gopegui. Al contrario que otros muchos, en esos casos su lenguaje suena siempre a nuevo y al mismo tiempo indeleble.  Menos afortunados y más tópicos son aquéllos en que Gopegui  presta su voz al narrador o a los personajes para que éstos opinen sobre las vicisitudes de la política española; en esos momentos el estilo no se despega de la retórica típica de este discurso y se convierte en algo prosaico y panfletario.  Hay que añadir también que la carga de thriller-bestseller de esta novela hace que también algunos momentos ese lenguaje responda a algunos tópicos del mismo tono y suene a algo prefabricado o de molde.

        El argumento está organizado también al modo de un thriller pero con algunas originalidades o modos que, al menos, no conocía hasta ahora y que lo elevan por encima de lo que es habitual en los bestsellers más típicos.  Me refiero sobre todo a la estrategia del contrapunto de la primera parte, con unos vaivenes en el tiempo que me parecen bastante conseguidos. En la segunda y la tercera parte  esos vaivenes desaparecen (para bien), pero no la tensión, que va creciendo hasta llegar al clímax final, como es normal en este género. En esto Acceso no autorizado se parece demasiado a Deseo de ser punk, pues las dos acaban con un clímax que consiste en la emisión al público de un mensaje reivindicativo y de denuncia.  También me ha interesado su habilidad para captar con gran competencia el mundo de los hackers y la terminología cibernética. Visto desde este lado, sin embargo, es donde al mismo tiempo la novela es más tópica; es decir, se convierte en el fondo en una lucha de buenos y malos en un mundo de habilidades informáticas que no sería muy diferente de una mediana película o  -lo que es peor- de una novela como La fortaleza digital, de Dan Brown.

    El mérito en este sentido puede haber sido el ensamblar eso relativamente bien con algunos personajes en clave de la política española, como esa vicepresidenta-heroína Julia Torres-Teresa Fernández de la Vega u otros de la nueva o vieja guardia del PSOE. Pero ahí también entran sus debilidades. Realmente no me parece que al final ese vaivén de lo histórico a lo ficticio acabe dando  lugar a una novela redonda. Sus observaciones políticas suenan demasiado a realidad periodística o a conversación de mítin y quedan demasiado lejos de lo más propiamente literario.  Y al final hacen que Acceso no autorizado pueda reducirse a una simple novela de denuncia política con personajes maniqueos, héroes y heroínas al modo más típico, donde los buenos se identifican únicamente con los ideales de Gopegui. Y así, lo que podría haber sido un original bestseller y una gran novela acerca del derecho a la intimidad y de las ventajas y desventajas de la globalización digital se nos queda en un simple cartel electoral. Una pena.

    Pero quizá el mayor problema es un poco más profundo. Gopegui parece seguir su batalla personal contra lo que ella considera la traición del PSOE a la democracia y pensando que la culpa de todo está en el aparato político. Creo realmente que hay que ser ingenuo para pensar que después de tantos fracasos el socialismo más comunista puede arreglar el mundo (uno podría preguntar a sus amigos exiliados cubanos, a las víctimas de los gulags o de los jemeres rojos, etc).  Y lo que Gopegui  propone de las acciones políticas de base se me queda igual. Al final eso deviene en partidos que siguen siendo un mal necesario pero que deberían quedar supeditados a las iniciativas de las instituciones intermedias, como pueden ser la familia, las ONGs, o las asociaciones culturales. Gopegui sigue pensando que la solución a los problemas pasa por los políticos; yo pienso que la iniciativa debe pasar primero por los ciudadanos y los políticos deben intervenir lo menos posible. Un país con buenos políticos pero malos ciudadanos no puede funcionar; la situación inversa, por el contrario, me parece completamente viable. (Belén Gopegui: Acceso no autorizado. Barcelona: Mondadori, 2011, 314 pp.).






Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado

viernes, 10 de enero de 2014

Belén Gopegui, 'Acceso no autorizado' y Rafael Conte

Hace unos meses dediqué una entrada a la contraportada de Deseo de ser punk, de Belén Gopegui. En ella reproducía algunos de los elogios que Anagrama había seleccionado entre los muchos recibidos por la autora de La escala de los mapas, entre ellos el de Rafael Conte acerca de El lado frío de la almohada. El caso es que ahora he empezado a leer Acceso no autorizado (Mondadori 2011) y en la contraportada me encuentro el mismo elogio, sin ningún otro que lo acompañe.

 Lo cito completo: "La única sorpresa que nos puede deparar cada nuevo libro de Belén Gopegui no es la de su calidad -siempre indiscutible-, sino la de conocer su verdadero acierto"

Parodiando un poco la cita, lo que se podría decir en la contraportada o en las solapas de la próxima novela de Gopegui es que "La única sorpresa que nos puede deparar cada nuevo libro de Belén Gopegui no es la de su contraportada -que incluye el famosísimo elogio de Rafael Conte-, sino la de conocer su verdadero acierto" Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado Belén Gopegui Acceso no autorizado
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