Esta es la
primera novela de Domingo Villar, autor de La playa de los ahogados, que ya he
reseñado aquí, y que se publicó en 2006, tres años después de Ojos de agua. La verdad es que frente a La playa de los
ahogados, ésta se queda muy pequeña y muy por debajo; el argumento es demasiado
lineal, salvo el giro final –tampoco muy sorprendente-
todo ocurre muy rápido y sin complicaciones realmente originales. Tampoco
cuenta la novela con ese color local tan personal de La playa de los ahogados…
Los méritos
de esa segunda novela están aquí en germen: la oposición de caracteres entre
Leo Caldas y Rafael Estévez, o el “shock cultural” de Estévez en el mundo
gallego; esos aspectos laterales de la vida de Caldas que en La playa... van a dar
bastante más juego, como son la figura de su padre, o su situación sentimental…
Un poco mejor más conseguidos están elementos puntuales como las derivaciones de la popularidad radiofónica de Caldas o la hilarante entrevista-interrogatorio de Estévez a la criada de la víctima.
En una
comparación audaz con El Quijote daría la impresión de que esta novela sería un
poco así como la primera salida del hidalgo, donde Cervantes se da cuenta de
las posibilidades que le proporciona todo ese material que acaba de poner en
marcha y que va a hacer brillar en la
segunda y tercera salidas. Si Cervantes hubiera
abandonado a Don Quijote en la
primera salida, esa historia no habría pasado de ser una novela ejemplar más.
Así, Ojos de agua, me parece una novela que por sí sola no da para mucho más.
Pero la segunda salida del Quijote, y análogamente, la segunda novela de Villar
protagonizada por Leo Caldas fueron, cada una en su nivel, unos aciertos
innegables. Ahora sólo queda que Domingo Villar consiga más novelas como La
playa de los ahogados, de la misma forma que Cervantes consiguió la tercera
salida de don Quijote. (Domingo Villar: Ojos de Agua. Madrid: Siruela, 2006, 187 pp.)