
Algo así ocurre con The Time Machine, donde me han parecido más interesantes las digresiones sobre el tiempo y la cuarta dimensión que las aventuras del viajero en ese futuro que no parece tan afortunado como a veces creemos y que sería profundamente distópico. Pero, de nuevo, los capítulos dedicados al viaje y a la descripción de los movimientos y personajes del nuevo mundo me han parecido bastante faltos de tensión, que se acumularía precisamente en los capítulos finales, a la vuelta del viajero a su casa-taller. Como otras veces, sería una novela para aficionados al género, incondicionales de la ciencia ficción o de las novelas filosóficas. Y, en esto, me imagino que es una buena novela.