Justo un par de días después de publicar la reseña de La forma de la noche, de Juan Pedro Aparicio, me llegó la edición de bolsillo de Riña de gatos, otra novela sobre la Guerra Civil, con la que Eduardo Mendoza ganó el Planeta del año pasado. El número de diciembre de la revista Leer viene con una entrevista a Mendoza sobre la novela y sobre el premio. De esa entrevista selecciono lo siguiente:
Leer: "Reconozco que leí su novela con cierta prevención: otra sobre la Guerra Civil en momentos en que el favor al consumidor tiene como consecuencia cierto abandono de la literatura. Y reconozco que me llevé una grata sorpresa. Pero... ¿sigue siendo un buen reclamo el asunto de la Guerra? ¿No hay cierta saturación?"
E. Mendoza: "Las dos cosas. Yo no puedo leer una novela más sobre la Guerra Civil, sobre la Guerra Mundial, sobre los nazis, sobre el Holocausto y, sin embargo, necesitamos contarnos esta historia una y otra vez porque todavía no la podemos enterrar. Hay temas del siglo XX que nos están comiendo por dentro." (Leer, diciembre 2010, p. 143).
En este caso coincido con Mendoza, especialmente porque que cada vez me cansan más las novelas sobre la Guerra Civil y temas adláteres. Por eso puede que acabe retrasando la lectura de Riña de gatos y también la de Inés y la alegría, de Almudena Grandes, que he ido postergando semana tras semana. Y es que es probable que para los lectores más jóvenes o para las próximas generaciones muchas de estas novelas pasen al género de novela histórica o sean vistas como simplificadoras y maniqueas, para bien de todos. Por eso prefiero leerlas guardando las distancias.