Cuando empecé mi vida en Estados Unidos una de las cosas que más me llamó la atención fue la existencia de una gigantesca sección de libros en grandes almacenes como Wal-Mart u otros parecidos. Mi primera impresión fue de sorpresa y alegría pues me imaginaba -ingenuo de mí- que allí iba a encontrar a los grandes clásicos que tenía pendientes de leer. Pues no, ni tampoco encontré los best-sellers de turno; lo que hallé sobre todo fueron miles y miles de novelas rosas, de precio barato, con cubierta de papel e ilustrada casi siempre con una atractiva pareja apasionadamente acaramelada. Me hicieron pensar en Corín Tellado pero al mismo tiempo me la dejaron muy pequeñita. El volumen de títulos y autores (principalmente autoras) que se mueven en ese género son casi incontables y suponen una buena porción del pastel literario norteamericano. Hasta cuentan con una asociación propia, como puede leerse abajo.
A propósito del crecimiento de la popularidad y difusión de este género en los medios cibernéticos, la revistaThe Writers Chronicle incluye una interesante nota en su quinto número del presente año. La conclusión es que la novela rosa puede convertirse en uno de los principales protagonistas de la actividad lectora de Estados Unidos y quizá, con el tiempo, de otros países. Otra muestra más de cómo la tecnología está cambiando el paisaje literario. Traduzco esa nota periodística, con algunos pequeños cambios:
"Según un reciente artículo del New York Times y en lo que se refiere al formato electrónico, la novela rosa es el género con el crecimiento de ventas más rápido en los Estados Unidos, por encima de la novela policiaca y de ciencia-ficción. Hasta ahora las editoriales sabían que la novela rosa en formato impreso se vendía bien también, constituyendo alrededor de un 10% del total de las ventas, pero en un momento en que los e-readers empiezan a consolidarse en el mercado, el aumento de ese porcentaje está siendo bastante más alto de lo que se esperaba. Como ejemplo, el pasado año All-Romance, una librería virtual especializada en el género, ha visto duplicado su número de ventas.
A propósito del crecimiento de la popularidad y difusión de este género en los medios cibernéticos, la revistaThe Writers Chronicle incluye una interesante nota en su quinto número del presente año. La conclusión es que la novela rosa puede convertirse en uno de los principales protagonistas de la actividad lectora de Estados Unidos y quizá, con el tiempo, de otros países. Otra muestra más de cómo la tecnología está cambiando el paisaje literario. Traduzco esa nota periodística, con algunos pequeños cambios:
"Según un reciente artículo del New York Times y en lo que se refiere al formato electrónico, la novela rosa es el género con el crecimiento de ventas más rápido en los Estados Unidos, por encima de la novela policiaca y de ciencia-ficción. Hasta ahora las editoriales sabían que la novela rosa en formato impreso se vendía bien también, constituyendo alrededor de un 10% del total de las ventas, pero en un momento en que los e-readers empiezan a consolidarse en el mercado, el aumento de ese porcentaje está siendo bastante más alto de lo que se esperaba. Como ejemplo, el pasado año All-Romance, una librería virtual especializada en el género, ha visto duplicado su número de ventas.
En 2009 este tipo de novelas produjo un total de casi mil cincuenta millones de dólares, y también se llevó la palma en el mercado de libros usados y de intercambio. Según la asociación Romance Writers of America, unos setenta y cinco millones de lectores individuales leyeron al menos una novela rosa en 2008.
Y Barnes & Noble, la cadena de librerías más grande del país, ha empezado a comercializar el formato electrónico de estas novelas con un empuje inusitado. William Lynch, uno de los directores de la cadena, afirmaba en una entrevista que este grupo de lectores es uno de los más fieles y constantes del mercado, pues compra un promedio de tres novelas al mes y por ello, obviamente, se trata de un cliente al que hay que cuidar mucho.
Y Barnes & Noble, la cadena de librerías más grande del país, ha empezado a comercializar el formato electrónico de estas novelas con un empuje inusitado. William Lynch, uno de los directores de la cadena, afirmaba en una entrevista que este grupo de lectores es uno de los más fieles y constantes del mercado, pues compra un promedio de tres novelas al mes y por ello, obviamente, se trata de un cliente al que hay que cuidar mucho.
Medio en broma, medio en serio, la causa de este incremento lo puede explicar uno de los correos electrónicos que una de sus clientes envíó a All-Romance: 'Ahora tengo la opción de no mostrar a mi marido qué novela estoy leyendo'". (El enlace a la revista The Writers Chronicle aquí ).