En los ambientes culturales, profesionales y políticos siempre me ha llamado la atención la dinámica del feminismo, que me parece interesante pero también limitada o contradictoria, por varias razones:
1) Aunque se hable del feminismo como un único pensamiento, la verdad es que hay varias escuelas y corrientes, a menudo opuestas y hasta contradictorias entre sí. Un ejemplo sería la diferente visión que tienen de esta cuestión el llamado feminismo de la igualdad y el llamado feminismo de la diferencia. Otro, el monopolio ejercido por el feminismo euro o anglocéntrico, que se apropia de las voces y valores de las mujeres de los otros continentes y culturas en actitud neocolonial. Un ejemplo de ese otro feminismo, el de la nigeriana Catherine Acholonu 2) Ambos feminismos, y especialmente el de la igualdad, parecen cerrados a líneas intermedias o no-revanchistas, como puede ser el feminismo de la analogía o el feminismo de la complementariedad. 3) El feminismo más radical tiende a no considerar feministas a las mujeres que no coincidan con sus ideas. Un ejemplo lo tenemos en Elizabeth Fox Genovese, la ya difunta y prestigiosa profesora de historia de la Universidad de Emory que se alejó de esa línea y escribió un libro imprescindible en este campo que suele evitarse en muchas bibliografías al respecto (Feminism Is Not the Story of My Life). 4) En la crítica literaria el feminismo ha producido una verdadera y provechosa revolución, y una justa reivindicación del papel de escritoras y lectoras en la historia literaria. Pero al mismo tiempo ha dado lugar a un grave reduccionismo que lleva a valorar la literatura al margen de sus cualidades técnicas y a asumir que sus méritos dependen más del sexo de los autores/as o de sus intenciones ideológicas que de las habilidades de estos/as para alcanzar las metas son propias de la dinámica interna de la literatura y la ficción 5) Finalmente, este maniqueísmo se extiende también a la vida social y política, que suele presenta a las mujeres siempre como víctimas y al hombre siempre como verdugo.
Quienes seguís este blog ya os habréis dado cuenta que los reduccionismos me convencen muy poco, así que a propósito de esto se me ha ocurrido elaborar un listado de grupos de mujeres y escritoras donde he incluido ejemplos que creo que complican esa simplificación (Por supuesto, tengo una lista paralela para los hombres, pero éste no es el lugar para ella):
1) Escritoras y mujeres que podrían ponerse como modelos en sus campos o cuyas novelas me han convencido: Carmen Martín Gaite, Ana María Matute, Marie Curie, Teresa de Calcuta, Aung San Suu Kyi. 2) Escritoras que hasta ahora me han convencido pero que seguiré leyendo para tener una visión más completa de su obra: Luisa Castro, Adelaida García Morales, Belén Gopegui, María Dueñas, Rosa Regàs, Soledad Puértolas. 3) Escritoras en las que reconozco algunos méritos pero que por ahora están bastante más lejos de convencerme, por una razón o por otra: Carmen Posadas, Almudena Grandes, Matilde Asensi, Lourdes Ortiz, Espido Freire, Ana María Moix. 4) Mujeres que en absoluto encajan con el estereotipo de mujer-siempre-víctima que defiende el feminismo más ciego: Marine Le Pen (la presidenta del Front National francés), Valerie Jean Solanas (la asesina frustrada de Andy Warhol y la autora del Manifiesto de la Organización para el Exterminio del Hombre), Leni Riefenstahl (la directora de cine propagandístico de Adolf Hitler), Rebekah Brooks (la directora ejecutiva de News of the World, el tabloide del imperio Murdoch, culpable de varios pinchazos telefónicos ilegales y vergonzosos) y, por supuesto, las madrastras de Blancanieves y Cenicienta.
A continuación, algunas fotos de las mujeres y escritoras citadas en la entrada.
Marie y Pierre Curie |
Elizabeth Fox Genovese |
Soledad Puértolas |
Leni Riefenstahl y Adolf Hitler |