miércoles, 20 de marzo de 2013

Cómo ser casi felices: 'Mientras la tierra gira', de José Luis Sampedro

Es ésta una  recopilación de cuentos publicados por el autor desde 1945 hasta 1991, y que han sido recuperados gracias en parte a amigos y lectores suyos. Los relatos realmente merecían este rescate, tanto por motivos literarios como historiográficos.

El conjunto lo forman treinta y dos cuentos que se dividen en tres grupos, según un criterio  cronológico y también según una línea temática más o menos equivalente para cada grupo.  Si hay un nervio ideológico común creo que este es el enfoque humanista desde el que Sampedro enfoca sus historias, unas historias que además están narradas con una gran riqueza de recursos técnicosy que muestran que el autor domina perfectamente este género.  En el  primer grupo varios de los relatos recuerdan bastante al realismo social español de los cincuenta, con esos protagonistas de las clases sociales más bajas –en general campesinos cuya vida es más bien dura o triste y  donde caben sólo algunas alegrías momentáneas. De todas formas Sampedro evita el victimismo fácil y el repetitivo maniqueísmo en el que cayeron otros escritores a quienes se ha considerado más representativos de esa literatura. Sus personajes padecen  no tanto por ser pobres sino por ser seres humanos, pues ese destino parece afectar a todos, aunque sean los pobres los que más intensamente lo sufran. Uno de los mejores relatos del libro (“Gregorio Martín”) ejemplifica bien todo ello.

     El segundo grupo tiene un tono un poco más filosófico e intelectual, y es donde Sampedro emplea también algunos enfoques o historias irónicas como “Arca número dos” o  “Un caso de cosmoteología: la religión hispánica”. También se incluye un  cuento fantástico (“Fantasía de año nuevo”), con el mismo tema que "Bifurcaciones" de  José M. Merino, “Los milagros no se recuperan”, de Bioy Casares y "Nuit caprense cirius illuminata", de Julio R. Ribeyro.  Este grupo de cuentos es igualmente interesante, pero quizá se eche de menos un poco la humanidad y emoción que corría por los anteriores. Todo esto con la excepción de “La bendición de Dios”, a mi juicio el mejor de toda la colección, también porque su frase final puede servir para sintetizar la idea principal del libro es decir, la convicción de que la felicidad está al alcance de la mano, que existen momentos de encuentro con ella, pero que, sin embargo, siempre hay algo inevitable y en parte desconocido que impide su permanencia. También esa frase final (“Pero entonces, ¡maldita sea!, ¿qué es lo que está mal”?) va bien con el título, pues Mientras el mundo gira se refiere a esas escenas o momentos en que felicidad y desgracia se alternan inevitablemente en la vida de los hombres y no es posible detener el ciclo.

 "Un caso de cosmoteología: la religión hispánica",
o el fútbol como rito religioso

     El tercer grupo, el de fechas más recientes, es un poco más heterogéneo y más acorde a la mentalidad o idea de la posmodernidad. Es también el grupo que menos me ha gustado a pesar de que esté tan bien escrito como el resto y a pesar de ese excelente cuento fantástico que es “Felisa”.  Me parece que aquí Sampedro se muestra precisamente más pesimista y más contagiado del cinismo contemporáneo. Su crítica en estos relatos suele ser un poco más acida y desesperanzada (“En la misma piel del tigre”), y presenta a un ser humano que parece no ser capaz de controlar lo que no entiende (“Ebenezer”), que se convierte en un objeto despersonalizado (“El divino diván, “A Erika”) o pierde la sencillez de los protagonistas del primer grupo para pasar a complicaciones típicas del fragmentado sujeto posmoderno (“Felisa”, “Iniciación”).

    Como conjunto, técnicamente, Sampedro muestra una gran habilidad estilísitica y una maestría innegable en sus recursos narrativos, que son variados y no hacen agua por ningún lado. En esto es realmente admirable y ejemplar.  Alterna los recursos y técnicas tradicionales, con otros más innovadores y con juegos metaliterarios y metatextuales, y tanto monólogos, como diálogos o descripciones se usan apropiadamente en todo momento o lugar. Esto y el intelectualismo que permea en varios de ellos puede alejar a los lectores que vayan buscando más emociones o una simple sencillez, aunque no a aquellos que quieran disfrutar de una literatura quizá un poco más difícil pero hábilmente trabajada y conseguida.

     Se trata, pues, de una recopilación que hay que agradecer a su autor y a sus colaboradores, que es uniforme en su altura técnica y estilística y un poco más  heterogénea o irregular en sus líneas temáticas o ideológicas. Esta irregularidad o heterogeneidad daña un poco la unidad interna del libro sobre todo por ese tono pesimista que se concentra en la última serie de cuentos y que, en cierta manera contradice todo lo anterior a ello. Aún así y a pesar de que no guste a lectores menos dados a intelectualismos y a las contradicciones de la mentalidad posmoderna, es una recopilación indudablemente meritoria y digna del rescate. (José Luis Sampedro: Mientras la tierra gira. Barcelona: Destino: 1993, 288 pp.).


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