Y ahora, para compensar un poco lo que he dicho en las dos entradas anteriores acerca de 'Dublinesca', recupero una de las citas más interesantes de todo el libro, por reivindicar la figura del lector activo e inteligente.
El protagonista, Riba, "se considera tan lector como editor. Le retiró de la edición básicamente la salud, pero le parece que en parte también el becerro de oro de la novela gótica, que forjó la estúpida leyenda del lector pasivo. Sueña con un día en el que la caída del hechizo del betseller dé paso a la reaparición del lector con talento y se replanteen los términos del contrato moreal entre autor y público. Sueña con un día en el que puedan respirar de nuevo los editores literarios, aquellos que se desviven por un lector activo, por un lector lo suficientemente abierto como para comprar un libro y permitir en su mente el dibujo de una conciencia radicalmente diferente a la suya propia. Cree que si se exige talento a un editor literario o a un escritor, debe exigírsele también al lector. Porque no hay que engañarse: el viaje de la lectura pasa mucha veces por terrenos difíciles que exigen capacidad de emoción inteligente, deseos de comprender al otro y de acercarse a un lenguaje distinto al de nuestras tiranías cotidianas" (pp. 62-63).
Y aquí la foto de un precoz lector activo e inteligente. Aviso que no es una foto ególatra, a pesar de que sea la misma que misma que suelo emplear como avatar. Es sencillamente la foto que más me ha gustado de todas las proporcionadas por Google al buscar la imagen 'reading' (por cierto, cuando uno busca imágenes en inglés en Google, los resultados suelen ser más precisos y de mejor calidad).