Con esta novela, el Nadal se sigue aPlanetando (o aplatanando) |
Tenía
cierta inquietud por leer algo de Giménez Bartlett, después de haber escuchado algunos
elogios acerca de sus novelas protagonizadas por la inspectora Petra
Delicado. Como mis últimas experiencias
con el género policiaco han sido más bien negativas, al final elegí esta
novela, que no es propiamente detectivesca, aunque sí tiene muchos rasgos
análogos. También la seleccioné por haber recibido el Nadal de 2011 y
confiar, por ello, que sería de cierta calidad. Pero al final su lectura no me resultado muy convincente.
Para matizar, digamos que esa lectura empezó
siendo casi depresiva, pues tanto a nivel argumental como a nivel estilístico
no acababa de encontrarle méritos por ninguna parte. El lenguaje era de lo
más tópico y a la autora no se le veían por ningún lado ningún deseo o
posibilidad de salir de frases desgastadas y sin ninguna marca personal.
Igualmente el argumento tampoco acababa de arrancar y de crear un ambiente de
intriga o incertidumbre con la suficiente tensión como para conseguir un
interés mínimo por la historia. La relación personal entre los dos investigadores (Carlos Infante y Lucien Nourissier) parecía también un tanteo
que la autora no sabía adónde llevar y que parece haber sido una mera transferencia
de la pareja Delicado-Garzón de sus otras novelas.
Con el pasar
de las páginas la cosa cambió para bien, aunque de forma sólo parcial, pues esa
mejora me parece que sólo afecta al nivel argumental o anecdótico del libro. El
lenguaje sigue siendo tan prosaico y mediano como al comienzo, y la oralidad
con la que se quiere infundir a los parlamentos
de la Pastora me parece muy lejana de lo que han conseguido maestros como Juan Rulfo o José Jiménez Lozano. Lo que sí creo que mejora la novela es
el progresivo crecimiento de la figura de la Pastora, su relieve y protagonismo, y cuya historia se van intercalanado –con otro tipo de letra– en la historia
de las pesquisas de Infante y Nourissier.
Y aunque esto esté bien conseguido, me quedan las dudas de cuánto debe
esa encarnación del personaje a la biografía histórica en la que se basa la
autora (José Calvo: La Pastora: del monte
al mito: Antinea: 2009, 652 pp.). Me temo que demasiado.
A favor de
Bartlett hay que mencionar, sin embargo, que ésta no ha caído en la tentación
del simplón maniqueísmo que se veía en Inés o la alegría, de Almudena Grandes.
Aquí tanto la Guardia Civil como el maquis y la Pastora cometen atropellos y errores a diestro y siniestro, no se idealiza a nadie, aunque la Guardia Civil suele ser ser siempre
el malo de la película (y los tontos también).
Las víctimas de ambos grupos suelen ser los masoveros, aunque entre
ellos tampoco figuran muchos héroes ni idealistas, pues se incluyen delatores, arribistas, vergonzosas prostituciones, traiciones, etc. En este sentido la novela es bastante
deprimente y simplificada también, y
creo que lo único que se salva sea la corporeidad histórica de la Pastora-Florencio,
un poco más verosímil que el resto de los personajes, con los que creo que la autora
quiere simbolizar a España.
Por ello la figura del francés Lucien, que también tiene sus debilidades, opina más de una vez sobre nuestro país con unas frases que recuerdan mucho al Sans-Delai de “Vuelva Ud. mañana" de Mariano José de Larra. En este sentido, aunque los tonos sean más trágicos aquí, la sensación de una España caótica es la misma en los dos relatos. Por eso, y a pesar de alguna figura redentora aislada, como Mariano Vinuesa, que aparece al final de la novela, no creo que sea un libro para leer en momentos de depresión. Esta parte argumental se complementa relativamente bien con algunos recursos propios de lo que me imagino es la novela detectivesca de Bartlett: dobles juegos de muchos de los personajes, giros de identidad inesperados y a última hora, etc. Al mismo tiempo, es un buen ejemplo de cómo una sociedad apoyada en la mentira simplemente no puede funcionar. ¿Suena actual?
De todas formas, los méritos que pueda haber en todo esto, no llegan a compensar lo que me parece una de las limitaciones más graves de la novela, y es la ausencia de color local y de lirismo propio de este tipo de narraciones. No sé muy bien cuál es el conocimiento directo del Maestrazgo que tiene la autora pero en la novela se echan mucho de menos descripciones que hagan revivir el campo y el tipismo de la región; apenas hay uno o dos párrafos donde aparezcan con autonomía propia nombres de plantas, comidas, aperos de labranza, elementos climáticos que se noten experimentados en primera persona; todo eso, aquí, no pasa de sonar a libresco o a aprendido de los mapas o libros al respecto. Y esto, en una novela ambientada en el campo, y a la que se quiere dar un color local, con una heroína igualmente local, no deja de parecerme una seria limitación.
Por ello la figura del francés Lucien, que también tiene sus debilidades, opina más de una vez sobre nuestro país con unas frases que recuerdan mucho al Sans-Delai de “Vuelva Ud. mañana" de Mariano José de Larra. En este sentido, aunque los tonos sean más trágicos aquí, la sensación de una España caótica es la misma en los dos relatos. Por eso, y a pesar de alguna figura redentora aislada, como Mariano Vinuesa, que aparece al final de la novela, no creo que sea un libro para leer en momentos de depresión. Esta parte argumental se complementa relativamente bien con algunos recursos propios de lo que me imagino es la novela detectivesca de Bartlett: dobles juegos de muchos de los personajes, giros de identidad inesperados y a última hora, etc. Al mismo tiempo, es un buen ejemplo de cómo una sociedad apoyada en la mentira simplemente no puede funcionar. ¿Suena actual?
Como se ve en esta foto y en las siguientes, la novela podría haber sacado mucho más jugo literario al paisaje natural del Maestrazgo |
De todas formas, los méritos que pueda haber en todo esto, no llegan a compensar lo que me parece una de las limitaciones más graves de la novela, y es la ausencia de color local y de lirismo propio de este tipo de narraciones. No sé muy bien cuál es el conocimiento directo del Maestrazgo que tiene la autora pero en la novela se echan mucho de menos descripciones que hagan revivir el campo y el tipismo de la región; apenas hay uno o dos párrafos donde aparezcan con autonomía propia nombres de plantas, comidas, aperos de labranza, elementos climáticos que se noten experimentados en primera persona; todo eso, aquí, no pasa de sonar a libresco o a aprendido de los mapas o libros al respecto. Y esto, en una novela ambientada en el campo, y a la que se quiere dar un color local, con una heroína igualmente local, no deja de parecerme una seria limitación.
Otro punto
y aparte lo merece la personalidad de la Pastora-Florencio. Por supuesto no
tengo nada contra los gays, pero mis teorías de la conspiración no me dejan
tranquilo al pensar que ese niño al que hacen niña y luego de mayor vuelve
a ser niño, anda muy cercano de lo que ahora nos ha dado por llamar políticamente correcto. Y si no deja de ser una historia en parte real y una
figura que merezca recuperación
histórica, como novela, y debido a esas limitaciones estilísticas, no
entiendo muy bien por qué ha podido
ganar el premio Nadal; a no ser que, como dicen las chicas de la Patrulla de Salvación, este caso responda
también a los intereses del lobby gay. Y aquí también la reseña de Ricardo Senabre en El
Cultural, que coincide en demasiados puntos con la mía.
Al fin, no
creo que merezca la pena meterse quininentas páginas entre pecho y espalda para leer un
ladrillote más bien deprimente, medianamente escrito y con aciertos aislados que se
pueden encontrarse en cualquier novela detectivesca. Me temo que al lector interesado en el tema le
va a resultar más útil leerse la biografía histórica de La Pastora. (Alicia Giménez Bartlett: Donde nadie te encuentre.
Barcelona: Destino, 2011, 509 pp.).
Alicia Giménez Bartlett Donde nadie te encuentre Alicia Giménez Bartlett Donde nadie te encuentre Alicia Giménez Bartlett Donde nadie te encuentre Alicia Giménez Bartlett Donde nadie te encuentre Alicia Giménez Bartlett Donde nadie te encuentre Alicia Giménez Bartlett Donde nadie te encuentre Alicia Giménez Bartlett Donde nadie te encuentre Alicia Giménez Bartlett Donde nadie te encuentre