Comentarios y reseñas sobre la novela española contemporánea (y algunas cosillas más:-)
viernes, 30 de diciembre de 2016
domingo, 3 de abril de 2016
Cierre temporal y Luis Landero
Titulo la entrada "Cierre temporal", porque necesidades profesionales están haciendo que cada vez pueda dedicar menos tiempo al blog, y sobre todo a las novelas españolas. Así que lo cierro de forma provisional, y también un poco decepcionado con el panorama actual, del que de todo lo reseñado aquí sólo hay una novela que me haya dejado un recuerdo de esos que duran y duran... Me refiero a Juegos de la edad tardía, de Luis Landero. A ver si los próximos años nos deparan mejor suerte. Saludos y hasta pronto.
domingo, 27 de marzo de 2016
2002:God is Dead / 2009: God is Back (y El Greco)
En el año 2009 John Micklehwaith y Adrian Wooldridge escriben God is Back (Dios está de vuelta) |
domingo, 20 de marzo de 2016
José Maria Guelbenzu: 'Muerte en primera clase'
Después de haber leído un buen número de novelas policiacas, no parece que sea mucho lo nuevo que pueda decir del estilo y el lenguaje de esta de Guelbenzu, aunque también es cierto que visto en su generalidad resulta más elaborado que otros autores del género. Lo que sí puede añadirse aquí, es que hay momentos emocionales y algunos recursos narrativos bastante logrados, como puede ser los momentos en que Mariana se siente derrotada, la labor de amistad de Julia y ese combinar el viaje por el Nilo -un homenaje a Muerte en el Nilo, de Agatha Christie, me imagino- con la carrera a contrarreloj para encontrar al asesino.
El problema con la lectura abundante de este género -al menos para mí- es que al final el lector se convierte en detective y se enfada cuando el narrador le oculta datos más o menos obvios que quizá debería haber revelado antes y no habérselos guardado para él solo. Un caso así lo recuerdo con una novela de la Christie, donde la narradora sabía pero no contaba que uno de los sospechosos había trabajado con venenos. Eso es lo que me ha pasado al leer esta novela. El detalle de la escalera me parece uno de esos ases en la manga que se guardan para el final pero que podían o debían haberse contado antes, a no ser que sea de esas cosas de las que uno se da cuenta solo en un momento concreto, el aha moment que dicen los yankies...
Otras cosas también pueden verse por los dos lados, como trucos o como trampas. Es el caso de esas conversaciones escuchadas por casualidad, no imposibles en un barco, pero quizá un poco forzadas, o esos escondites en camarotes visitados por sospechosos..., que recuerdan los momentos similares -y más débiles.- de novelas como Riña de gatos, de Mendoza, o El tiempo entre costuras, de María Dueñas...
En fin, una novela para pasar el rato, bien escrita, pero también con algunas debilidades que pueden explicarse por las exigencias del género, y -lo que menos me ha gustado- con unas tramas amorosas que sólo parecen justificarse como una concesión a lo políticamente correcto. (José M. Guelbenzu: Muerte en primera clase: Barcelona, Destino, 2012, 333 pp.)
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lunes, 14 de marzo de 2016
Los papables de la Prensa, Blogger y el papa Francisco
Para recordar los tres años que lleva el papa Francisco a la cabeza de la Iglesia sólo quiero recordar la lista de papables que había elaborado la prensa y muchos vaticanistas, que eran los siguientes:
Pero el que tenía reservado el Espíritu Santo antes del Cónclave era el siguiente perfil de Blogger.
Lo que me lleva a concluir que la Prensa es menos infalible que el Espíritu Santo. Y aquí mi entrada sobre el papa y Borges.
Pero el que tenía reservado el Espíritu Santo antes del Cónclave era el siguiente perfil de Blogger.
Sólo que después de un par de votaciones el perfil se llenó con esta imagen...
Lo que me lleva a concluir que la Prensa es menos infalible que el Espíritu Santo. Y aquí mi entrada sobre el papa y Borges.
martes, 8 de marzo de 2016
Joseph Pearce: 'Escritores conversos'
martes, 1 de marzo de 2016
La literatura española desde América
Con lo que lleva de vida mi blog, estaba pensando en escribir una especie de balance de lo que me parece la literatura española contemporánea. Mientras preparaba el borrador me encontré con estas palabras de Leopoldo Lugones que me ha ahorrado el esfuerzo de escribir ese balance. Con la excepción de los libros recomendados, que calculo que serán un veinte por ciento del total de los reseñados, muy poco es lo que añadiría a las palabras del escritor argentino. Quizá sólo el matiz de que la novela española sigue transpirando un aire aldeano y pueblerino agobiante y claustrofóbico, y que no es por eso extraño que en muchos blogs literarios los libros más recomendados pertenezcan a autores extranjeros. La historia se repite (la cita de Lugones es de 1899, en los años de la renovación modernista):
"los escritores españoles nos parecen monótonos; de pensamiento, no, pero sí de estilo. Nos suenan todos a Cervantes –que es buen sonar– mas la monotonía, aún con Cervantes, nos relaja el tímpano. Sufrimos de ver anquilótica a la sintaxis castellana tan bien vertebrada y tan flexible, y la pobreza de adjetivación que caracteriza a los literatos peninsulares, nos hace el efecto de una densidad gris en que todo color naufraga. Quisiéramos más variedad de ritmo, mayor precisión calificativa, más libertad en ese estilo" (Leopoldo Lugones: Elogios. Buenos Aires, Pasco 2009, pp. 83-84)
martes, 23 de febrero de 2016
martes, 16 de febrero de 2016
Alicia Giménez Bartlett: 'Día de perros'
Una novela policiaca cuyo tono de farsa le impide ser una novela seria |
Así Petra
quedaba libre de sus dos maridos para dedicarse –muy mujer independiente y todo
ese rollo– a cazar y encamarse con los varones que se cruzaran en sus casos,
que en esta ocasión aparecen como figuras de usar y tirar para esa
caracterización de la ninfómana inspectora. ¿Por qué será que las inspectoras o las jueces-detectives de la novela española les da por ser ninfómanas? ¿Algún complejo en sus creadores/as? ¿Falta de originalidad? (Otro ejemplo en Un asesinato piadoso, de Guelbenzu). ¿La mejor muestra de que esa 'liberación' sexual es tan disfuncional como el resto del mundo recogido en el género negro, lleno de alcohólicos, deprimidos, etc., etc.?
Al respecto, la anticipada cita final con el doctor Castillo –un verdadero comparsa durante la novela– no deja de ser bastante ridículo. Y lo mismo decir del pobre Fermín, aquí liado con dos de las mujeres que se han cruzado en el caso y que al final acaban también descartadas como material desechable. Si a esto añadimos alguna seria inverosimilitud más, como la de la autoría del asalto a la casa de la inspectora, la verdad es que al final la novela queda solo como una historia entretenida pero nada más.
Al respecto, la anticipada cita final con el doctor Castillo –un verdadero comparsa durante la novela– no deja de ser bastante ridículo. Y lo mismo decir del pobre Fermín, aquí liado con dos de las mujeres que se han cruzado en el caso y que al final acaban también descartadas como material desechable. Si a esto añadimos alguna seria inverosimilitud más, como la de la autoría del asalto a la casa de la inspectora, la verdad es que al final la novela queda solo como una historia entretenida pero nada más.
Más que una
novela negra y a pesar de la atemorizadora portada, Día de perros es más bien una mezcla de vaudeville y novela policiaca ligera, con frecuentes dosis de un erotismo
simplón y que afortunadamente no es muy explícito, pues esto habría sido como
la puntilla de la historia. Hay que reconocer que hay momentos divertidos y que
la autora sabe enredar y desenredar bien su madeja, y que hay también cierto
esmero en cuidado en el uso del lenguaje. Pero también hay que notar que muchas
de las consideraciones y los momentos son más propias de una novela de género –en
el mal sentido de la palabra– que de una novela seria, y que muchas de las
consideraciones sobre el amor y las relaciones sentimentales encajan más bien
en el género rosa que en el negro, a no ser que la autora esté
pensando en llegar principalmente a un lectorado femenino y de “consumo” y hacer de su novela otra novela perecedera más.
Y es que al final esa mezcla de vaudeville y novela de detectives no creo que acabe resultando; de tanto frecuentar la risa, la novela acaba dejando de ser una novela seria, en el buen sentido de la palabra. A ver si tengo más suerte con la siguiente. (Alicia Giménez Bartlett: Día de perros. Barcelona. Grijalbo-Mondadori, 1997, 284 pgs.).
martes, 9 de febrero de 2016
H. G. Wells: 'La máquina del tiempo'
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Algo así ocurre con The Time Machine, donde me han parecido más interesantes las digresiones sobre el tiempo y la cuarta dimensión que las aventuras del viajero en ese futuro que no parece tan afortunado como a veces creemos y que sería profundamente distópico. Pero, de nuevo, los capítulos dedicados al viaje y a la descripción de los movimientos y personajes del nuevo mundo me han parecido bastante faltos de tensión, que se acumularía precisamente en los capítulos finales, a la vuelta del viajero a su casa-taller. Como otras veces, sería una novela para aficionados al género, incondicionales de la ciencia ficción o de las novelas filosóficas. Y, en esto, me imagino que es una buena novela.
martes, 2 de febrero de 2016
Adolf Hitler: 'Mi lucha'
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De cómo la Primera y la Segunda Guerra Mundial fueron la misma Guerra, o lo que pasa cuando la raza o la nación se sacan de madre. (Adolf Hitler: Mi lucha: México: Diana, 1965, 251 pp.) |
martes, 26 de enero de 2016
Horóscopos literarios: si eres Leo... (Vila-Matas)
martes, 19 de enero de 2016
Desechando CDs y cassettes (y guardando libros)
No me he dado cuenta hasta el final, pero puede que lo que he hecho hoy tenga mucho de predicción o profecía. Sencillamente decidí hacer limpieza general en casa y eliminar cosas que ya no iba a usar, y al final he acabado tirando a la basura todas las cintas musicales, y prácticamente todos los CDs, es decir lo que ya puedo escuchar por otros medios (USBs, smartphone, ordenador, etc.) Sin embargo, no me he desecho de ningún libro.... Quizá la razón sea que muchos de ellos no se pueden leer en otro formato, pero también porque no pertenecen a ese mundo de las efímeras novedades tecnológicas y por ello no van a encontrar competidores que los desbanquen... En fin, que parece que el libro en papel sigue resisistiendo las acometidas más importantes (las de los lectores).
martes, 12 de enero de 2016
Javier Marías: Tu rosto mañana (1. Fiebre y lanza)
![]() |
Tu rostro mañana, o nada nuevo bajo el sol |
Esta novela
no ha cambiado esas opiniones, e incluso creo que ha agravado la parte más
negativa de ellas. Realmente no noto ninguna diferencia de fondo con Los enamoramientos, escrita diez años después
de la primera novela de esta trilogía, aunque también es cierto que quizá tenga
que cambiar mi opinión una vez que acabe de leer las otras dos (si llega ese
memorable día). De nuevo, tenemos aquí un lenguaje proustiano-benetiano, fluido
y suelto, pero de sintaxis complicada, lleno de enumeraciones, disyunciones,
anacolutos, diálogos en estilo libre indirecto, etc, etc, etc. Como digo, si
por un lado Marías parece dominar muy bien este formato, por otro quizá deba
preocupar que, como gran escritor que argumenta ser, no parezca capaz o no se
atreva a intentar otros.
Más me
aburren sus pedaleos relativistas, es decir, todas esas expresiones donde
continuamente se pone en duda lo que se ha dicho antes, lo que se está diciendo
en ese momento o lo que va a contarse más adelante. Aunque en este sentido haya
que reconocer que Marías tiene una especial habilidad para identificar muchas
de las situaciones ordinarias en las que eso ocurre, también es cierto que al
final la historia parece un continuo desmentido de sí misma y una continua
defensa del escepticismo. Y si esto puede estar bien una dos o incluso tres veces (Corazon tan blanco,
Los enamoramientos, Negra espalda del tiempo), a la cuarta creo que el lector
no va a dejar de aburrirse y preguntarse si este es el único tipo de novelas o
mundos que sabe crear el autor.
También es
cierto que el ámbito que ha elegido en esta novela para mostrar eso (el mundo
del espionaje y de las diferencias lingüísticas) resulta muy apropiado para
todo ello, pero al mismo tiempo no puede evitar que quien lea la novela con
esta perspectiva se aburra de forma soberana (como me ha pasado a mí) y adivine
que a cada vuelta de la esquina vamos a encontrarnos con una duda, un
desmentido, una doble versión, una mala traducción de algo, un doble personaje,
un seudónimo que no es tal, etc. etc., etc. (y por cierto, alguna metedurita de
pata como afirmar que en inglés no existe equivalente de
la palabra “patria” cuando tenemos “fatherland, motherland, homeland” y no sólo
“country”).
En fin, que
no la puedo recomendar ni darle una buena calificación. Me imagino que tendré
que acabar la trilogía para ver si cambio de opinión y las otras dos son
capaces de atenuar el aburrimiento y la monotonía que me ha producido ésta. Que
así sea. (Javier Marías: Tu rostro
mañana. 1. Fiebre y lanza. Madrid: Alfaguara, 202, 475 pp.)
Javier Marías: Tu rostro mañana. 1. Fiebre y lanza. Javier Marías: Tu rostro mañana. 1. Fiebre y lanza. Javier Marías: Tu rostro mañana. 1. Fiebre y lanza. Javier Marías: Tu rostro mañana. 1. Fiebre y lanza. Javier Marías: Tu rostro mañana. 1. Fiebre y lanza. Javier Marías: Tu rostro mañana. 1. Fiebre y lanza.
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