Novela detectivesca –la segunda protagonizada por la popular pareja mixta de la Guardia Civil– de la que creo que son más importantes (e innegables) sus aciertos aislados que su mérito de conjunto. La original figura de la pareja de detectives y los recursos extraíbles de ellos (el humor alrededor del apellido del agente, y la posible relación sentimental de ambos) se acompañan en esta novela de otros aciertos como la figura de la mujer de la víctima y sus diálogos con Becvilacqua o el recurso a ese asesino que muere antes que la víctima. Otros personajes me parecen más tópicos y creo que podrían haber sido mucho más profundos. Quizá lo que más me sorprendió es no encontrar en ella una novela con más carga psicológica, dado que el principal detective tiene esa carrera universitaria. Los demás personajes no dejan de ser un poco tópicos aunque uno no puede de reconocer la originalidad de la chica rusa. Sin embargo, lo que más me preocupa es el nivel estilístico de la novela. En algunos momentos Silva manifiesta versatilidad para acomodar el lenguaje a personajes y situaciones, pero en su conjunto no se ven hallazgos lingüísticos felices y prometedores. Creo que debería esperarse más de un Nadal. Eso sí, la novela se lee de un tirón. Mis alumnos coincidieron en lo que comento arriba: una novela entretenida, con aciertos sueltos innegables, pero con un lenguaje necesitado de más altura literaria y unos personajes medianamente profundos. (Lorenzo Silva: El alquimista impaciente. Barcelona: Destino, 2000; Premio Nadal 2000).